El patio del colegio Harri Berri-Oleta de Altza se encuentra en plenas obras al inicio del curso.
En la zanja de Harri Berri-Oleta
La voz del ciudadano ·
Familias de escolares del colegio de Altza critican el retraso en las obras para cubrir el patio. «Se trataba solo de levantar una estructura en el patio y no hay nada, solo el suelo levantado por todos los lados», dicen
Los padres y madres de los escolares del colegio Harri Berri-Oleta de Altza se han rebelado contra el Ayuntamiento. Las obras de cubrimiento del patio escolar para que los niños del centro pudieran acudir al comedor sin mojarse -el centro cuenta con dos ... edificios- se han retrasado y la zona está patas arriba. «El edificio donde está la jangela, por las obras, tiene una puerta de emergencia en vez de dos y solo puede acoger a 50 niños de los 80 que son», explica Leire, madre de un niño de 3 años. «Yo tengo apoyo familiar y lo he desapuntado de la jangela pero es complicado para todos nosotros».
La situación no es buena tampoco para los niños que se han quedado en la jangela. «Tienen que salir del edificio, bordearlo y dar una vuelta bastante grande para ir al comedor. Estamos hablando de niños de 3 a 5 años. Ahora está haciendo bueno, pero el martes que llovía un montón la cosa estuvo fatal».
Los dos edificios están pegados el uno a otro y se podían habilitar accesos más fáciles y más cercanos, dice Leire. «Hay un acceso que da a una escalera que ahora mismo no está bien por el tema de la obra del polideportivo. Se ha roto. Pensamos que podría repararse para mejorar las cosas pero parece ser que por parte del Ayuntamiento se ha dicho que no, que ese tema no se puede tocar. Dicen que no. Pero si la arreglaran, el acceso entre los dos edificios sería mucho más fácil».
«Los niños que se han quedado en el comedor tienen que ir por fuera del edificio y bordearlo»
«Podría habilitarse una jangela en la casa de cultura para que todos los niños puedan ir»
Obras con mucho retraso
Las obras llevan mucho retraso, dice esta madre. «Yo he escrito al concejal Jon Insausti y dice que las obras tenían que haber empezado el 1 de junio pero que empezaron el 1 de julio. Aquí pensamos que empezaron mucho más tarde porque no se ha visto movimiento de obra. Se trata de levantar una estructura. Ahora no hay estructura ni nada, solo el suelo levantado por todos los lados».
No son condiciones para ir al colegio, dicen. «La insatisfacción no es solo por no poder ir a la jangela. Hay que ver cómo está el patio y en qué condiciones están teniendo los niños que ir a clase y entrar de forma escalonada. Mi hijo entraba a las 9 al colegio y para facilitar la entrada, ya que es un cuello de botella, empieza a las 9.30. Y además, en mi caso, sin jangela. Es un gran esfuerzo para las familias».
Durante el verano Leire sufría. «Miraba las obras, veía que no avanzaban, que no había movimiento y pensaba que la cosa se iba a acelerar en algún momento, que iba a haber soluciones. Pero no ha sido así».
No les han dado soluciones. «Las soluciones han venido del equipo directivo y de que los padres hemos aceptado, pero no nos han ofrecido ninguna alternativa».
Inés opina igual. «Nos alegramos mucho cuando el Ayuntamiento aprobó poner un techo al patio del colegio. Por fin nuestros hijos podrían salir a jugar aunque lloviera y podrían cruzar al edificio del comedor sin mojarse. Después de 3 meses y tres días antes del inicio del curso, nos enteramos, primero, de que los niños no iban a poder ir al cole por seguridad. Gracias a los esfuerzos de la dirección del centro consiguen que lo adecúen para poder iniciar del curso. Los niños de Educación Infantil tienen cole en horario de mañana, pero, ¿en qué condiciones? Hay peligro para entrar y salir. No pueden salir al patio en el recreo. Y hay mucho polvo para tragar y respirar».
Apuntan soluciones para que los niños que se han quedado sin jangela puedan volver a utilizarla. «A 50 metros hay una casa de cultura con un local muy grande en el que se podría instalar un comedor. Si se pone empeño, claro. Hay varios bares cercanos con muchas mesas. Quizá se les podría pagar para ocupar las mesas para los niños esas horas».
Material de obra en la zona de juegos de los niños no pueden utilizar
Un día en Harria
Están enfadados. «En un solo día el Ayuntamiento desmontó la zona de juegos infantiles bajo la cubierta del parque Harria, que le había costado un año montar, y le puso un nuevo suelo para las comparsas. ¿De verdad no pueden hacer nada en el cole de nuestros hijos pequeños?».
Desde la dirección del colegio admiten el retraso de la obra aunque apuntan que el proyecto se ha ampliado y que algunas de las medidas adoptadas estaban previstas en el plan de obra. Las responsables del centro aplauden a las familias por haber llegado a un acuerdo por el que 30 niños del total de 80 dejaban de ir al comedor. «En la reunión en que se informó de la situación, una madre propuso que las familias que tuvieran apoyos para quedarse con los niños al mediodía dejaran de ir a la jangela», dicen. «Y así se hizo. Es un acuerdo muy generoso que hay que agradecer». Animan a las familias a esperar a la reunión que mantendrán el jueves con el concejal Jon Insausti y responsables del Ayuntamiento para ver cómo se pueden solucionar las cosas.
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