Secciones
Servicios
Destacamos
Los vecinos de la calle Rodil, en las faldas del monte Ulia, llevan, desde que arrancaron las obras para construir nuevas viviendas en la que fuera la antigua ubicación del restaurante con el mismo nombre, preocupados por las molestias que se están generando los trabajos. ... No esconden su malestar por esta construcción que tildan de «desproporcionada», pero piden que se respeten las normas y se garantice el descanso de los vecinos de la zona. «Parece que no hay voluntad de facilitar nada a los que vivimos aquí Nos dicen que los trabajos van a durar dos años. ¿Vamos a estar de verdad todo ese tiempo sin aparcamiento y sin parada de autobús?», se preguntan.
En el terreno, según se anuncia en la página web de la promoción, se van a levantar «36 viviendas con terrazas y jardines al sur, vistas al mar, y todo rodeado de un entorno natural». Desde un primer momento la asociación de vecinos de Ulia arremetió contra este planeamiento desde la fase inicial de tramitación y tras presentar un recurso, la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco rechazó los siete motivos de impugnación alegados por escaso fundamento jurídico. Ahora, sin embargo, los vecinos de Rodil denuncian en una misiva remitida al Gobierno Vasco los diferentes episodios que han vivido desde que comenzaron las obras «hace dos meses».
«Nos hemos quedado sin zona azul. De la noche a la mañana, y sin previo aviso, nos han suprimido las plazas de aparcamiento, igual que la parada 55 de la línea de Dbus 37, que es la única que pasa por nuestro barrio. También han eliminado los árboles entre los números 30 y 55 que había en la calzada y han rellenado los alcorques con cemento para que puedan pasar por encima los camiones», denuncian. Los vecinos lamentan que por una obra privada «se esté invadiendo de tal manera el espacio público». Entienden que siempre que se llevan a cabo actuaciones de semejante calibre se generen molestias y desperfectos pero consideran que éstas están «siendo desmesuradas y que se está privatizando la calle». Una calle que es estrecha y por la que, de otra forma, no pasarían los vehículos.
Además, señalan que los operarios han instalado unos semáforos al inicio de la calle, desde el lado de Manteo, para poder regular el tráfico de salida y entrada y el permitir así el tránsito de camiones. «Estos vehículos pesados están entrando por un carril que es estrecho y de sentido único», precisan. Además, relatan que en alguna ocasión, como ocurrió el fin de semana del 21 de agosto, el citado semáforo «se quedó encendido en rojo durante las horas en las que la obra no está en activa, confundiendo y entorpeciendo aún más la circulación por esta calle».
Sin duda, más allá de las incomodidades con el tráfico, lo que más le preocupa al colectivo vecinal es la «contaminación acústica». En la carta, se explica que en la noche del 15 de julio, por ejemplo, «un convoy de enormes dimensiones y extremadamente ruidoso llegó a la zona de la obra. Lo hizo alas once de la noche y permaneció trabajando en el terreno durante, aproximadamente, una hora». Algo similar ocurrió el 11 de agosto, pero esta vez la «contaminación acústica duró hasta las tres de la mañana».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.