Bautista también se sube a la buena ola

Uno de los grandes placeres de esta vida es enganchar una buena ola que te lleve erguido hasta la orilla, y eso es precisamente lo que le está ocurriendo al Eibar desde que se estampó la última vez contra la arena hace ya cuatro jornadas. Una vez perfeccionada la técnica a utilizar sobre la tabla, los armeros se están manejando a las mil maravillas en plenas mareas vivas, y hasta Bautista, que hasta este jueves apenas se había enfundado el neopreno, ofreció una exhibición que coronó con un doblete esencial para conducir al equipo armero a sumar en Anduva su cuarta victoria consecutiva, la segunda seguida fuera de casa tras la lograda hace casi dos semanas en Cartagena (1-2).

Ese fue el punto de inflexión para la escuadra dirigida por Joseba Etxeberria, que tras reconducir el equivocado rumbo que tomó al inicio, la escuadra eibarresa certificó con decisión y efectividad que ha tomado la dirección correcta justo cuando más comprimido se presentaba el calendario. Y aunque aún falta por ponerle la guinda al pastel de esta semana con una última cita el domingo (14.00 horas) en Lezama ante el Amorebieta, el pleno de doce puntos firmado en las cuatro últimas jornadas le incluyen con pleno derecho en la amplia terna de los equipos que se están dando codazos por mantenerse en la parte alta de la tabla.

Curiosamente, fue también en Anduva donde el año pasado el Eibar consiguió enlazar cuatro triunfos consecutivos entre la jornada 28 y la 32, precisamente después de que Bautista consumara con el tanto que certificó la remontada final (2-3).

Esta vez, el de Errenteria, una de las tres novedades que Etxeberria introdujo junto a Ríos Reina y Vencedor, en lugar de Quique, Cristian y Matheus, respectivamente, reclamó el protagonismo desde el inicio, y hambriento tras haberse quedado sin nada que llevarse a la boca en los dos últimos compromisos, acabó dándose un festín completo, desde los entrantes hasta el postre.

Con sangre en los ojos, presionó y presionó tanto la salida de balón, que pasada la media hora de juego provocó una indecisión entre los centrales y el portero de la que se benefició para estrenar el marcador del estadio mirandesista y el suyo propio esta campaña.

Sin embargo, el cuadro rojillo no fue el único que cometió un el error en cadena de los que se pagan caro, ya que solo ocho minutos después, Gabri Martínez culminó una contra que nació tras una fallida entrega de Vencedor cuando el centrocampista se disponía a armar el ataque armero.

Lejos de ofuscarse por el regalo concedido a un rival que hasta entonces ni se había acercado a las inmediaciones de la portería de Luca Zidane, el centrocampista vizcaíno afiló sus dientes en el descanso y, nada más reanudarse el choque, logró compensar su fallo con una dentellada directa a la yugular que dejó a los jabatos heridos de muerte .

Y fue entonces cuando el Eibar sacó el champán para cerrar el banquete, pero para variar no fue Stoichkov el que se encargó de descorchar la botella, aunque llegó a marcar un gol que fue anulado por fuera de juego en el minuto 51. El honor de lanzar el corcho por los aires se lo llevó Bautista, que aprovechó una precisa asistencia de Corpas tras un robo de balón del propio jienense, para cerrar con un cabezazo el marcador definitivo.

Porque, aunque por momentos dio la sensación de que los cambios introducidos por el italiano Alessio Lisci iban a devolverle la vida a los suyos, el guardameta azulgrana les esperó con la escopeta en mano en la entrada de su guarida para encargarse de decirle a Carlos Martínez, uno de los máximos goleadores del campeonato con cinco goles, que no estaba dispuesto a permitirle que engordara su casillero particular a su cuenta.

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