El Eibar obliga al Barcelona a sudar la camiseta

Acostumbrado a resolver sus compromisos por la vía rápida y de manera más que contundente, el conjunto blaugrana llegó a mostrar signos de inquietud cuando se plantó en el descanso sin haber podido perforar una portería azulgrana resguardada de forma excelente por María Peña. Y es que en su debut esta temporada como azulgrana, la portera cedida por el Athletic se apoyó en una defensa poblada por prácticamente todas las jugadoras que alineó Yeray Martín para rechazar todas y cada una de las embestidas que sufrió, incluida la que el larguero le ayudó a repeler ante un disparo de Claudia Pina.

Pero aguantar vivo ante un equipo capaz de firmar marcadores tan abultados como los logrados frente al Granada (6-1), Sevilla (8-0) o ante el mismísimo Real Madrid (5-0) se antojaba una misión utópica.

Era solo cuestión de tiempo que la escuadra culé sometiera a su rival a un baño de realidad que llegó de pleno en cuanto la noruega Hansen Graham tiró de la anilla para abrir la lata con un zapatazo desde fuera del área al que esta vez Miralles no pudo responder.

Era el resorte que las de Jonatan Giráldez estaban buscando para activar la maquinaria con la que suele aplastar a sus rivales. No le hizo falta echar de menos a figuras tan relevantes como Alexia Putellas o Irene Paredes, porque ante su ausencia destacó la irrupción de la joven promesa neerlandesa Esmee Brugts, que tras estrenar su cuenta un minuto después de que se inaugurara el marcador tras aprovechar una asistencia de Graham, tuvo la destreza y la capacidad de anotar dos tantos más que le convirtieron en la gran protagonista del partido.

Eso sí, tuvo que repartir un pedacito del glorioso pastel con la debutante Ariana Arias, que no olvidará que se estrenó andadura en la máxima categoría anotando el gol que cerró otra goleada firmada en el Johan Cruyff.

Pero ni por esas se rindió el Eibar, que tuvo hasta dos opciones de conseguir un gol que habría sabido a victoria, aunque la senegalesa Malado, de solo 18 años, pecó de novata en las dos ocasiones que se plantó en solitario ante la portería defendida por una Sandra Paños que le demostró que la experiencia es un grado.

Con un orgullo justificado por bandera y con su renta intacta sobre el descenso, el Eibar se volcará de lleno en preparar el último partido del año ante el Betis.