El Eibar se queda sin ideas y sin centrales

Nada salió como había imaginado Joseba Etxeberria, que ante el primero de los seis partidos que le vienen por delante en los próximos 20 días dio por inaugurado un necesario proceso de rotaciones para redistribuir los esfuerzos.

Y, pese a que no alteró el dibujo con tres centrales que estrenó en la pasada jornada ante el Eldense, sí que modificó por completo su línea medular, prescindiendo Sergio y del hasta ahora intocable Matheus para tratar de buscar una mayor contención y fluidez en el centro del campo, dando entrada a Nolaskoain y Kento. De esta forma, el japonés disfrutó de su primera titularidad como armero después de haber dispuesto de minutos sueltos en las tres participaciones que había tenido hasta la fecha.

Además, también buscó darle un nuevo aire a la banda derecha entregándole a Cubero la plaza que Corpas ha venido ocupando de inicio en ocho de los nueve partidos consumidos hasta ayer.

Una apuesta arriesgada para hacer frente a un Mirandés vigorizado tras su asalto a El Plantío en el derbi burgalés (0--1), que salió en tromba dispuesto a hacer olvidar a su fogosa afición la derrota sufrida en su anterior compromiso como local ante el Granada (0-1).

Esa mayor ambición que mostró frente a una escuadra armera timorata, a la que le sirvió de poco tratar de guarnecerse atrás esperando a que pasara el chaparrón de ocasiones del rival.

Pero por si su dominio no fuera suficiente, también contaron con ciertas 'ayudas' del trencilla de turno, que tras pitar una una inexsitente falta de Cubero antes de ser arrollado ya dentro del área por el meta mirandesista, se inventó un córner por un supuesto despeje de Bautista, que no llegó a tocar el balón.

Eso sí, una vez más, el Eibar falló con estrépito a la hora de defender ese primer saque de esquina del partido, ya que nadie fue capaz de evitar ni que Juan Gutiérrez peinara hacia el segundo palo el balón servido por Lachuel, ni Chema Rodríguez cumplió su función de impedir que el ariete argentino Panichelli empujara el balón a placer.

Para colmo de males, solo unos pocos minutos después, Aritz Arambarri se retiró con evidentes dolores en la zona lumbar tras sufrir una mala caída en una pugna por un balón con el jugador eibarrés del Mirandés, Jon Gorrotxategi, cedido por la Real Sociedad en la escuadra rojilla.

Curiosamente, pese a que su equipo se veía de nuevo obligado a remar contra corriente, el preparador azulgrana echó mano de Carrillo para suplir al azkoitiarra, sin ver la necesidad de cambiar un dibujo eminentemente defensivo que solo deparó un disparo a puerta en un saque de esquina envenenado de Xeber que acabó marchándose por la línea de fondo.

El panorama pareció mejorar cuando en el arranque de la segunda mitad Bautista probó desde lejos con un disparo que el meta local despejó, y poco después con una falta redigirida por el de Rentería al segundo palo a la que Carrillo no llegó.

Las opciones y las pulsaciones fueron subiendo, pero Merquelanz las paró en seco al mandar al cielo un pase lateral de Cristian. La expulsión final de Arbilla supuso la puntilla final a otra mala faena.