El Eibar sucumbe ante un vendaval

Quizás si Bautista hubiera conseguido concretar la gran opción que Aketxe le regaló con un espléndido pase en profundidad a los diez minutos de juego la película habría sido bien diferente, pero mientras que el delantero de Errenteria vio como Aguirrezabala repelía su tentativa con la punta de los dedos, nada pudo hacer Yoel para evitar que Villalibre marcara a placer.

Porque nadie fue capaz de frenar a un Nico Williams que, tras colarse por el flanco derecho, envió un pase paralelo que el de Gernika solo tuvo que empujar después de ganarle la posición a un despistado Simic.

Si ese aldabonazo reventó los tímpanos de los azulgranas, el guantazo que les dejó totalmente noqueados llegaría apenas ocho minutos después, cuando Iker Muniain resurgió de sus cenizas con un impecable remate a la media vuelta tras haberse encargado de delinear una gran acción combinada con Nico Williams.

Aunque la acción en sí es para recrearse viéndola repetida, resulta imposible no apuntar las inmensas facilidades que el Eibar sigue concediendo en materia defensiva, arrastrado en gran medida por la escasa oposición que los rivales encuentran para traspasar una línea medular de circunstancias debido a la sensible baja de Sergio, uno de los cuatro pacientes que copan la enfermería azulgrana.

El elgoibarrés sigue sin poner remedio a ese punto débil que su equipo arrastra de manera notoria en los dos últimos meses, y el Athletic, que disfruta de su mejor momento deportivo de los últimos años, acumulando 12 jornadas consecutivas sin perder, también gozó de la fortuna que le acompañó a Villalibre cuando su disparo rozó en el pie de Simic, descolocando por completo a Yoel.

Sin esperanza alguna de poder darle la vuelta a la eliminatoria después de que una falta lejana botada por Aketxe se negara a entrar en la portería rojiblanca justo antes del descanso, el Eibar encaró el segundo acto con el ánimo de maquear el resultado.

La salida al campo de Soriano y, en especial la de Stoichkov reavivó a una escuadra armera moralmente muy afectada, que no tuvo siquiera el consuelo de poder celebrar el gol del honor que el gaditano estuvo muy cerca de anotar con una volea que se le marchó fuera por muy poquito.

Sin embargo, los movimientos que Ernesto Valverde procedió a realizar de inmediato, dando entrada a Unai Gómez y al eibarrés Ruiz de Galarreta, devolvió a los suyos la hegemonía del juego y la capacidad para generar varias ocasiones, entre ellas un remate de Villalibre que rozó marcharse de Ipurua con un 'hat-trick'.

Eliminado ya del torneo copero, el Eibar volcará todos sus esfuerzos en la competición liguera, cuya segunda vuelta se encargará de abrir este viernes (20.30 horas) en Ipurua ante el Racing de Santander, precisamente el equipo que le infligió la derrota más abultada de la temporada al endosarle un 4-0 en El Sardinero en la primera jornada. Todo lo que no sea ganar, aumentará una inquietud que la dirección deportiva tratará de aplacar trayendo algún refuerzo que sirva para acabar con las lagunas defensivas.