No encuentra su punto de equilibrio

No veo al Eibar con recursos ni en juego ni en jugadores. Hay futbolistas llamados a ser importantes, a tener un papel desequilibrante que ahora mismo no aportan, léase Stoichkov y Corpas, están fuera de onda. El cuerpo técnico tiene un ingente trabajo por delante. El Eibar se debate en una difícil encrucijada, con un presente que no alimenta ningún atisbo de optimismo. Le urge ganar, encontrarse consigo mismo, recuperar esa seguridad que ha perdido y esa agresividad que ha sido una de sus características. Además de caer por un penalti de Cristian a Atienza, perdió al central Berrocal, expulsado con doble amarilla y que, el próximo domingo, no estará ante el Racing de Ferrol, generando un serio contratiempo en el corazón de la zaga con la baja por lesión del central Venancio. Se acumulan los problemas para Etxeberria sin sus dos centrales titulares.

Salvo Arbilla, que suplía la baja por lesión de Venancio, Etxeberria optó por no mover ninguna pieza del resto del once que salió la pasada jornada en Ipurua ante el Leganés, pero sus intenciones fueron vanas, no tuvieron la recompensa deseada. Salió sin un delantero específico, Stoichkov no lo es. Se cargó el juego área, pero no hubo nadie que intimidara a la portería ni a la defensa castellana. El Eibar no fue efectivo a la hora de defender colectivamente, ni a la hora de percutir en el área rival. Me queda un mal sabor de boca, por contra, quiero destacar al portero Luca, que fue el más destacado con sus intervenciones. Etxeberria buscó cambiar el curso del partido, acabó jugando con tres centrales, buscó un mayor impulso en las líneas ofensivas ante un Burgos que cedió terreno y al que solo le bastó esperar ante un Eibar que le resultó inofensivo, sin mordiente.