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El Eibar y Gaizka Garitano separan sus caminos después de que, por segundo año consecutivo, el equipo armero haya tropezado en la misma piedra a escasos metros de la ansiada meta del ascenso. Aunque existía la opción de extender un año más el ... contrato que firmó a su regreso a Ipurua tras el descenso consumado hace dos veranos, tanto el club como el técnico vizcaíno han acordado no ejercer esa fórmula para que cada uno pruebe mejor suerte con otros proyectos.
De esta forma, el de Derio pone fin a su segunda etapa al frente del banquillo eibarrés, después de las tres anteriores que le encumbraron a él y a la entidad azulgrana a lo más alto tras conseguir dos ascensos consecutivos de Segunda B a Primera en 2014. A sus cinco campañas como preparador en Ipurua hay que sumarle las otras cinco en las que defendió el escudo armero como jugador, primero en el curso 98-99, y después entre el 2001-02 y 04-05, en la que rozó el mismo milagro que él obró como entrenador, curiosamente con José Luis Mendilibar como director de orquesta.
El total, Garitano ha dirigido al Eibar en 228 encuentros en las dos fases en las que ha manejado la batuta y, aunque siempre tendrá el respeto y la admiración del club y de la ciudad por haber sido el único que elevó a los altares a un club que llevaba tres años purgando sus pecados en la antigua categoría de bronce, la eliminación a manos del Alavés en la primera eliminatoria del playoff ha sido el argumento definitivo para que ambas partes hayan decidido poner punto y final a su relación.
La noticia no ha pillado por sorpresa a nadie, puesto que su marcha se había convertido en un clamor popular antes incluso de la amarga derrota del jueves en Mendizorrotza. Y es que la ausencia de soluciones efectivas para frenar la desastrosa dinámica de nueve partidos consecutivos sin ganar hasta la baldía victoria en la jornada de clausura en Huesca, había dinamitado la ilusión de una afición armera que ha dado toda una lección de fidelidad hasta el instante en el que Asier Villalibre acabó por romper en mil pedazos el sueño que el Eibar tuvo en su mano y lo dejó escapar.
Las mismas críticas que gran parte de la masa social azulgrana vierte sobre el técnico las traslada también hacia el director deportivo, César Palacios, cuya renovación anunciada este mismo martes hasta 2026 fue acogida con estupor, puesto que sobre él recae la composición de una plantilla que, al margen de las numerosas lesiones que han asolado el vestuario, se ha demostrado no estar bien compensada desde el inicio.
Por no hablar del negativo resultado que han arrojado los dos refuerzos que llegaron en invierno, Lasure y Arana, que apenas aportaron durante el poco tiempo que estuvieron a disposición de Garitano antes de unirse a la poblada enfermería.
Y siendo ésta otra cuestión a analizar detenidamente, ahora se impone ponerse manos a la obra para empezar a dar forma al diseño con el que se afrontará el tercer y último intento que contemplaba el plan que la directiva diseñó cuando se perdió la plaza que el Eibar ocupó durante siete temporadas en la máxima categoría.
Pese a que se reservó parte de los cerca de 20 millones recibidos en concepto de compensación por aquel descenso, así como parte de los casi 70 millones correspondientes del acuerdo alcanzado con el fondo CVC, su poderío económico disminuirá de forma considerable en la próxima temporada, por lo que es vital dar pronto con un entrenador que acepte el complicado reto que se le presenta.
No es ningún secreto que el nombre de Joseba Etxeberria (Elgoibar, 1977), que ha firmado una estupenda temporada en el Mirandés, es el nombre que más ha sonado para ocupar el cargo que Garitano deja vacante. Sin embargo, en las últimas horas @Cazurreando también ha sacado a la palestra la figura de Luis Miguel Carrión (Barcelona, 1979), que será sustituido por Víctor Sánchez del Amo en el Cartagena. Se da la circunstancia de que Palacios coincidió con el técnico catalán en el Numancia cuando ejercía allí como director deportivo, en una aciaga temporada (2019-20) que concluyó con el traumático descenso de los sorianos a Primera RFEF.
Es cuestión de horas que la entidad eibarresa anuncie cual será su elegido, porque entre los que se quedan y los que vienen de arriba, se va a quedar una Segunda División en la que prácticamente todos los equipos a excepción de los que lleguen de abajo partirán con opciones de luchar por el ascenso y no hay ni un segundo más que perder.
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