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Los jugadores del Eibar celebran el golazo de Aketxe. Prensa2
Play-off de ascenso a Primera

Este muerto está muy vivo

Un férreo Eibar que se quedó con diez al filo del descanso, encarrila la eliminatoria gracias a un zapatazo de Aketxe desde 40 metros que rompió la escuadra de la portería del Girona

Jueves, 2 de junio 2022

Quien pensó que el Eibar ya estaba muerto y enterrado tras verse condenado a disputar la promoción de ascenso tras verse relegado a la tercera plaza en una traumática última jornada es que no conoce la fuerza y la garra que es capaz de sacar este equipo aunque parezca que está herido de muerte. Aún sin tener el apoyo masivo de una afición que, salvo un centenar de ellos, se resignó a quedarse a sufrir desde casa en una cita entre semana y a diez horas de autobús, y pese a tener que jugar con uno menos durante toda la segunda parte tras la expulsión de Tejero al filo del descanso, la escuadra armera resurgió de sus cenizas impulsado por un zapatazo de Ager Aketxe desde su casa que sin lugar a dudas merece figurar como tanto más espectacular que se ha visto esta temporada en el fútbol estatal.

Un gol de bandera que permitió al Eibar seguir ejerciendo de bestia negra de un Girona que confiaba en que la promoción cambiara el infortunio que le persigue ante los azulgranas, que con este, ya les han ganado en las siete ocasiones en las que se han visto las caras en los últimos cuatro años.

Obviamente, no hay que lanzar las campanas al vuelo, porque quedan otros noventa y muchos minutos por disputar en Ipurua, pero la lección de supervivencia que dieron ayer los de Garitano, la determinación que mostraron en la primera mitad para comerse a un rival que tenía a un estadio con casi 10.000 espectadores volcados, y la capacidad de sufrimiento que exhibieron para defender el preciado botín que tenían en sus manos, debe servir para que la afición y el equipo se reconcilien y vuelvan a luchar juntos el domingo para avanzar hacia la eliminatoria final.

Y eso era precisamente lo que esperaban ver los seguidores eibarreses tras el angustioso descalabro sufrido en Alcorcón. La decepción sufrida empezó a diluirse cuando las imágenes que mostraban lo que se veía en el vestuario azulgrana antes del comienzo del choque dejaron oír claramente el grito de guerra que voceó el preparador vizcaíno: «Que vean que no estamos muertos desde el minuto uno».

Era primordial que, pese a que solo habían transcurrido cuatro días desde que el ascenso directo se les escurriera de las manos, el Eibar sacara a relucir todo su amor propio para demostrarle al Girona y a su afición que en absoluto se han rendido y que van a dejarse la vida para aprovechar esta última oportunidad que se les presenta para rematar una faena que fue espléndida hasta el fatídico minuto 91 de Santo Domingo.

Sí que hubo un conato de estupor al ver que Stoichkov, que él solo acumulaba casi tantos goles como todos sus compañeros juntos, no estaba en el once. Pero Garitano entendió que tenía que remover el avispero para lavarle la cara a su equipo, y probar algo diferente que sirviera de acicate a los suyos y que a su vez fuera capaz de sorprender a su rival. Y así fue.

No le tembló el pulso a la hora de sacrificar a Toño, y en situó en el flanco izquierdo a Tejero, ausente en las dos últimas jornadas pese a la gran campaña que había realizado. Otra de las claves que varió la fisonomía del equipo fue la presencia en la mediapunta de Aketxe, un futbolista que, pese a su indiscutible calidad, no ha contado con el favor del técnico, al igual que Quique, también titular por sorpresa en Montilivi.

La determinada salida de los armeros resultó de lo más alentadora, con un cabezazo de Venancio a la salida de un córner que el lateral Arnau sacó bajo palos con apuros. Ni siquiera la ocasión que Álex Baena y Arnau fabricaron entre medias les amedrentó y, de hecho, se crecieron después de un remate de Expósito desde la frontal que se estrelló en el larguero.

Y entonces, cuando el reloj caminaba hacia la media hora de juego, Aketxe recibió un balón de Sergio en el círculo central y tras avanzar unos metros para armar su pierna, soltó un zurdazo que se fue envenenando hasta agujerear la escuadra de la portería del Girona, logrando que hasta sus propios compañeros se llevaran las manos a la cabeza atónitos por el espectacular gol que tenían el privilegio de celebrar.

Pero este año no parece haber gloria sin sufrimiento, y la expulsión de un Tejero en la prolongación del primer acto al ver su segunda amarilla tras un forcejeo con Álex Baena solo un minuto después de haber sido amonestado por primera vez, provocó que el Eibar tuviera que jugar con uno menos durante toda la segunda mitad.

No quedaba otra que variar la hoja de ruta que había diseñado el preparador azulgrana y reforzar la retaguardia primero con la salida de Arbilla y, conforme pasaron los minutos siguió apilando jugadores atrás para cercar su portería con todo lo que tenía a su disposición.

Ante un Girona volcado a la desesperada, el Eibar se defendió con uñas y dientes, y aunque Stuani llegó a estrellar un cabezazo bombeado en el larguero y que el exarmero Aleix García también hizo peligrar el valioso triunfo, los armeros partirán con ventaja en Ipurua sobre todo teniendo en cuenta que en caso de perder por 0-1 se jugaría una prórroga y si al término de la misma se mantiene la igualada, pasará el Eibar como mejor clasificado en liga.

El Eibar encara el primer duelo del play-off ante el Girona con la pretensión de demostrar que el golpe letal que sufrió en Alcorcón tras despedirse del ascenso directo no ha conseguido enterrarle. Eso sí, para ello no podrá contar ni con Javi Muñoz ... ni Sielva, bajas por lesión, ni con Atienda, que tendrá que cumplir partido de sanción tras haber visto la quinta tarjeta amarilla en Alcorcón.

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