Un final que abre un nuevo tiempo

Los constantes problemas en defensa en el último tercio de la temporada han pesado como una losa. Entre bajas por lesión o sanción, Garitano no ha tenido una zaga reconocible y sólida, teniendo que recurrir a constantes parcheos. Ayer, ante las bajas de Venancio y Arbilla jugaron como centrales Chema y Correa, dos jugadores inéditos mucho tiempo, sin ritmo de competición para un partido de grandísima tracendencia. El gol de Rebbach, que remata de cabeza ante la mala colocación tanto de Chema como de Correa tras una asistencia de Luis Rioja, el jugador más peligroso del Alavés, dejó en evidencia la desconexión inicial de estos dos jugadores.

El Alavés salió enchufado y se encontró en el minuto uno con su gol, dejando tocados a los armeros. En esta eliminatoria los babazorros han tenido el gol de cara, no en vano en Ipurua ya marcaron en el minuto ocho. Dos goles que han sido una rémora para el cuadro armero en esta eliminatoria. El Eibar, salvo un disparo de Correa desde fuera del área que respondió Sivera con buena intervención, no hizo daño en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un Eibar sin profundidad, sin saber qué hacer, sin juego combinativo ni bandas. Un bloqueo generalizado para hacer daño a un férreo y bien plantado Alavés con la eliminatoria de cara. Garitano reformuló su once en la segunda mitad retirando a Rahmani y Javi Muñoz y sacando a Bautista y Aketxe. Stoichkov pasó a banda izquierda, Aketxe a la media punta y Bautista, en punta. El Eibar mejoró pero a cuatro minutos del final Villalibre puso el 2-0 para decepción de la familia eibarresa.