Un líder que se muestra demoledor

El Eibar se presentaba en Anduva con unos números extraordinarios, sin recibir ningún gol en las cuatro jornadas precedentes y ganándolas con absoluta solidez. El Mirandés fue el primer equipo en puntuar en Ipurua, se llevó un punto merecido en la ida igualando con un cero a cero que tuvo sus alternativas. En el partido de ayer el Eibar sabía los resultados de sus más directos rivales, se conocían las derrotas de Las Palmas, Alavés y Albacete y, sin duda, la victoria del Granada, precisamente en casa de los albaceteños, y el empate del Levante en su visita al Málaga. Era un añadido para alimentar la ambición de un líder como el Eibar.

La radiografía para cerrar la jornada era ideal, maximizar el escenario era uno de los objetivos de los hombres de Garitano, el mejor escenario para meter la marcha hacia el ascenso directo, o al menos para dar un sólido paso con margen de maniobra para afrontar las diez jornadas que restan y en las que no hay duda que se desencadenará una lucha encarnizada. El Eibar se enfrentó a un Mirandés de un juego dinámico, con anticipación y profundidad en bandas, generando exigencias al líder. Tras una primera mitad preocupante, en la segunda el Eibar fue un rodillo con la salida de Aketxe y el cambio de sistema a tres centrales. La remontada del Eibar fue realmente ejemplar, mostró la madurez para sumar un triunfo que realmente son cuatro. Demoledora victoria de un Eibar seguro de sí mismo.