Tenía que llegar este momento; desilusión

Etxeberria hizo cambios, dejó a sus dos laterales titulares fuera del once, Tejero ni siquiera estuvo en el banquillo y Ríos Reina salió en la recta final. La solución del técnico armero fue salir con Cristian en el lateral izquierdo, su posición natural, y Corpas en el lateral derecho como solución para cubrir la vacante de Tejero. Fue Corpas quien más sufrió en su demarcación, Bretones le trajo de cabeza. El Eibar de este domingo no fue el de su mejor versión, no encontró esa regularidad de otras jornadas, se difuminó ante la mayor presión del Oviedo en la segunda que, ya a los tres minutos, empataba por medio de Bastón tras una falta de marcaje en la defensa precedida de una inexistente tensión en el centro del campo que, por cierto, en el Carlos Tartiere estuvo blando. El Eibar no estuvo cómodo, salvo en la primera mitad.

El banquillo buscó soluciones, Mario fue reemplazado por Rahmani, buscaba más velocidad arriba pero no hubo la reacción deseada; pasó Aketxe a la media punta, Stoichkov a banda izquierda y Rahmani a la derecha. No dio el resultado deseado. Este fue el primer cambio, luego llegaron los de Stoichkov y Aketxe reemplazados por Vencedor y Konrad que tampoco revolucionaron, y finalmente se fueron Corpas y Cristian y saltaron Venancio y Ríos Reina. No hubo tiempo a la reacción desde el minuto 75 en adelante, no hubo tiempo suficiente, no hubo fondo de armario. El penalti de Vencedor a Costas en el 88 lo transformó Colombatto para decir bien claro que aquí nadie perdona.