Al Eibar se le pone muy cuesta arriba el ascenso directo tras encajar en El Sardinero la segunda derrota consecutiva. Lleva ocho jornadas sin ganar en un momento crucial de la Liga que es muy decisiva. Faltan dos jornadas, sigue teniendo opciones para subir directamente. ... Está ahí. El Eibar tiene un problema, que es la calidad en los metros finales, este es su gran hándicap.

Publicidad

Garitano salió con dos hombres arriba, casos de Stoichkov y Bautista. Ante el Racing perdieron su titularidad con respecto a la pasada jornada ante Las Palmas, Ríos Reina y Quique, ambos en la banda izquierda, que fueron reemplazados por Arbilla y Rahmani. Ante la ausencia por sanción de Matheus, apostó por Nolaskoain.

Otro matiz en los cambios fue la ausencia de Javi Muñoz, que fue reemplazado por Stoichkov, que no jugó ante los canarios por acumulación de tarjetas. La apuesta de Garitano fue clara, el Eibar salió dominador, con rápidas transiciones, presionando muy arriba provocando que robara balones y generara faltas en la parcela de un Racing a quien costaba salir, se veía por momentos ahogado.

El Eibar tenía controlado el partido, su puesta en escena fue acertada, pero no le sirvió para evitar que el Racing marcara el gol de la victoria al filo del final de la primera mitad por mediación de Iñigo Vicente. Un error en la marca en una jugada de estrategia supuso que el partido se pusiera cuesta arriba para los armeros.

Publicidad

Tampoco hiló filo Luca Zidane, pudo hacer algo más. De nada sirve dominar si a la hora de defender, concedes. Tampoco sirve dominar y generar ocasiones si no va acompañada de esa calidad necesaria para inclinar la balanza en favor de uno, literalmente, materializar.

Esta es la radiografía de un Eibar que ve complicarse el ascenso directo y que es su tónica en las últimas jornadas. Buscó el gol el Eibar en una segunda en la que salió a por todo. Garitano hizo cambios dando opciones a Vadillo, Aketxe, Blanco Leschuk y Javi Muñoz.

Publicidad

Toda la artillería no sirvió cuando menos para empatar ante un Racing que resistió con uñas y dientes el acoso de los azulgranas y que vio cómo Stoichkov estrellaba segundos antes de finalizar el balón al palo. El sábado vuelve a vivir otro otra final, esta vez en Ipurua frente al Sporting, que vendrá a ponérselo difícil.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad