El partido ante el Huesca era una idónea oportunidad para que el Eibar buscara romper esa dinámica de nueve partidos que llevaba sin ganar. El Alcoraz era el escenario ideal para que el Eibar diera carpetazo a esa rémora con la que se presentaba, ideal ... para reencontrarse consigo mismo y qué mejor un triunfo para reforzar la autoestima cara a afrontar el play off con ilusión. Por fin lo logró, se reencontró con la victoria ganando 0-1 con gol de Matheus. Este triunfo debe ser balsámico, multiplicador a todos los efectos. Garitano presentó un once con cuatro cambios con respecto a la pasada jornada en Ipurua ante el Sporting. En la zaga no estuvo Arbilla reemplazado por Chema Rodríguez; tampoco salió de inicio Nolaskoain que su puesto fue ocupado por Sergio Álvarez; ni Corpas ni Vadillo y en su lugar se ubicaron Javi Muñoz y Aketxe.

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Garitano sacrificó el juego por bandas y apostó por el juego interior, al menos el equipo presentado invitaba a jugar por dentro, a tener más posesión de balón. En el fondo se trataba de salvaguardar a algunos jugadores con tarjetas pensando en el play off. En la primera mitad, el Eibar no exhibió un juego agresivo, no generó ninguna ocasión de gol, su comportamiento fue más bien la de un equipo que se dedicó a controlar a un Huesca que tuvo la mejor ocasión en las botas de Javi Martínez que obligó a Luca Zidane a realizar una buena intervención. Tras el descanso, el juego se animó hasta el extremo que el conjunto eibarrés consiguió el preciado objetivo que tiene un profundo trasfondo. Lo peor la expulsión del central Venancio con roja directa en los extertores del partido, una baja que diezma la zaga, dado que el portugués es un hombre con peso en el equipo.

El Eibar tiene que pensar en el play off. Ha quedado quinto y tendrá que afrontarla jugando la ida en Ipurua y la vuelta en Mendizorrotza ante el Alavés que finalmente ha finalizado cuarto. Una eliminatoria, un derbi, entre dos viejos conocidos. En la liga los dos duelos entre armeros y babazorros concluyeron con un empate 0-0 en Ipurua y 2-0 en feudo vitoriano. Una eliminatoria que se antoja complicada, pero como resultan todas. El Eibar tiene que borrar el pasado y empezar de cero, fortalecido de ilusión y ganas tras haber sumado el triunfo en Huesca.

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