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Si marcar un gol es motivo de celebración, sobre todo cuando no se es delantero, imagínense ser portero y anotar un tanto. Jon Mikel Magunagoitia vivió el sábado esa sensación en sus carnes al lograr el gol que permitió al Eibar rescatar un punto frente al Oviedo. «Nunca esperas marcar y no sabía cómo celebrar el gol», dijo el guardameta de Amorebieta, que se suma a la lista de porteros armeros que lograron ver puerta. Y es que Magunagoitia no es el primer arquero del Eibar que celebra un tanto. Antes que él lo hicieron Marko Dmitrovic y José Ignacio Garmendia.
Marko Dmitrovic lo hizo desde el punto de penalti frente al Atlético de Madrid en Primera División. El guardameta serbio, que siempre se ha caracteriado por tener un magnífico golpeo de balón, había advertido antes del partido de que sería él el que tomaría esta responsabilidad, después de que Edu Expósito y Sergi Enrich hubiesen fallado los dos lanzamientos anteriores.
El 21 de enero de 2021, Dmitrovic decidió asumir la responsabilidad cuando el colegiado señaló la pena máxima en el minuto 12 de partido y con 0-0 en el marcador. Colocó el balón y lo golpeó raso, con potencia, engañando a Jan Oblak. Desgraciadamente, aquel gol no le permitió al Eibar puntuar ya que el Atlético remontaría con dos goles de Luis Suárez.
«La idea de que lo tirara yo surge de Mendilibar. Llevaba bastante tiempo diciéndome que tenía que tirar los penaltis. Edu Expósito falló el último contra el Granada y antes del partido contra el Levante me dijeron que si había un penalti lo iba a lanzar yo. Me tocó hoy, pero es una pena porque no ha servido para nada», contó Dmitrovic tras el encuentro.
Antes que Dmitrovic, quien marcó fue el histórico José Ignacio Garmendia un 17 de abril de 1988 en Ipurua ante el Pontevedra, cuando el conjunto armero militaba en la desaparecida Segunda División B. En un día lluvioso y ventoso, el portero de Villabona sacó largo de puerta y el balón terminó colándose por sorpresa en la portería que defendía el azpeitiarra José María Aranguren, quien había pasado por la cantera de la Real.
«La recuerdo como si fuera ayer. Jugábamos en casa contra el Pontevedra y su portero era Joseba Aranguren, un chaval de Azpeitia que había jugado dos temporadas en el Sanse. Hacía un día de perros, con mucha lluvia y viento, y el campo estaba bastante mal«, recordaba Garmendia en DV hace unos años. »Como siempre solíamos hacer, busqué el saque largo hacia los delanteros. Tenía el viento a favor y le golpeé muy bien al balón. De salida ya vi que era un lanzamiento, pero no le di más importancia. Superó a su defensa y botó en un charco, lo que le hizo coger más altura y velocidad y superar al meta rival».
¡Aquí está!
— SD Eibar (@SDEibar) April 17, 2019
🎥 Milesker Jon Elorza pic.twitter.com/smIYiiWT9Z
Sin embargo, no tenía un buen recuerdo de ese día a pesar de que terminaron ganando por 4-2. «Fue una situación desconcertante. El resto del partido estuve algo perdido, porque entre la grada y mis compañeros había un cierto cachondeo por el gol. Luego encajé un gol en el que no estuve bien y casi nos empatan, a pesar de llegamos a ir ganando 3-1. El gol borró el resto del partido».
En cualquier caso, ninguno de los tres se acercarán a los registros del brasileño Rogério Ceni (132), el chileno José Luís Chilavert (62) o el peruano Johnny Vegas (45), los guardametas más goleadores de la historia.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Amaia Núñez
Patricia Rodríguez e Izania Ollo | San Sebastián
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