Poussin recoge el testigo de Maguna

El caprichoso destino que rige la Liga Hypermotion quiso que el portero del Zaragoza reeditara de forma casi idéntica en La Romareda el apoteósico final que Jonmi Magunagoitia protagonizó hace una semana al impedir la victoria del Oviedo con un testarazo tras una falta ante el Oviedo en el tiempo de prolongación.

En esta ocasión, el inapelable cabezazo de Poussin llegó en el minuto 93 a la salida de un córner botado por Toni Moya, sacándose así la espina que se le había quedado clavada tras el mal despeje que propició el primero de los dos goles anotados por Bautista y provocando que una afición que se veía hundida en la miseria desatara el mismo éxtasis que se vivió en Ipurua tras el tanto del zornotzarra.

Un golpe que privó a los armeros de sumar su quinto triunfo desde la llegada de Beñat San José, que mantiene su condición de invicto con tres triunfos y cinco empates en los ocho partidos como técnico azulgrana. Lamentablemente, el salto que su equipo habría dado en caso de ganar, se quedó en otro pequeño paso que, en principio, solo le vale para escalar una posición.

Con la vista puesta ya en el proyecto que dirigirá en la próxima temporada, el principal objetivo del preparador donostiarra al margen de tratar de buscar la victoria era mantener intactas la señas de identidad que ha imprimido desde su llegada. De ahí que, tal y como se preveía, volviera a echar mano de Arnau Comas, en cuanto el central catalán se ha restablecido del fuerte traumatismo que sufrió en su hombro derecho en un entrenamiento previo al partido en Cádiz de hace dos semanas, al que situó junto al retornado Arbilla, libre ya de tarjetas tras cumplir su ciclo frente al Oviedo.

Tampoco hubo sorpresas en cuanto a la elección del sustituto de Corpas, cuya responsabilidad recayó en Xeber Alkain, aunque San José sí sorprendió al apostar por un trivote en la medular, con Sergio algo más retrasado que Peru Nolaskoain y Matheus, que junto a Antonio Puertas y Bautista en punta, completaron su propuesta ofensiva.

Confiaba en que la presión ambiental que se encontrarían en un estadio maño atacado de los nervios por la delicada situación de su equipo fuera haciendo mella en el rival una vez que el Eibar superara la presumible salida en tromba de los de Gabi, que tampoco fue tal.

Porque, pese a que Sergio tuvo que taponar un intento de remate de Adu Ares tras una pérdida de balón del propio jugador asturiano, y a que acto seguido Magunagoitia atajó con gran seguridad otra tentativa del joven canterano del Athletic, la escuadra azulgrana rompió la baraja con una pegada envidiable que bien se habría agradecido a lo largo de la temporada.

Aunque lo habitual hasta hace poco era que los contrarios sacaran provecho a poco que se acercaran al área armera, en esta ocasión fueron los eibarreses los que extrajeron oro desde el mismo momento en el que pusieron un pie en territorio aragonés.

Tras necesitar media hora para llegar por primera vez a las inmediaciones de la puerta zaragozana, Bautista destrozó el alma del Zaragoza con dos zarpazos letales en cuestión de apenas tres minutos.

Las dos acciones fueron prácticamente idénticas, con sendos balones abiertos hacia Cristian, que tras abrirse paso por su flanco regaló dos servicios que el delantero oreretarra no desaprovechó. En el primero contó con la inestimable de Poussin, cuyo mal rechace cayó justo a pies del ariete armero, mientras que tres minutos después, el guipuzcoano remató raso llegando desde atrás al pase lateral del marbellí desde la izquierda.

Pero ni por esas pudo el Eibar llevarse los tres puntos de la capital maña, porque pese a instalar el autobús en su área, permitió que un Zaragoza que se moría a cada minuto que pasaba resucitara tras recortar distancias con un gol de Jair que primero dejó en evidencia a un Cristian que no supo frenar a Francho, y después a Cubero, que vio como el vigoroso central portugués le ganara la posición para batir a Maguna por el palo corto.

La lesión de Arnau Comas, que se retiró poco después del primer cuarto de hora de la reanudación aquejado de problemas musculares en su gemelo derecho, fue como una especie de mal augurio de lo que vendría después. Porque de poco le sirvió a Yerai refrescar su retaguardia con la salida de Hodei y Chema Rodríguez, porque tras aguantar firmes todas las embestidas a la desesperada de los locales, llegó la acción final en la que el portero del Zaragoza imitó a la perfección a Magunagoitia, devolviendo a su equipo la esperanza que se les iba por el sumidero.

El Eibar tendrá la opción de borrar este amargo sabor el lunes Santo en Ipurua, a las 20.30 horas.