Secciones
Servicios
Destacamos
De no creer. El Eibar tenía la pista de despegue lista para emprender su vuelo en solitario, pero se estampó de lleno ante una UD Las Palmas que supo aprovechar un grave error a la hora de defender una falta en la frontal del área para cortarle las alas en la única ocasión de la que dispuso en todo el partido.
Pero si ya resultó duro el golpe que supuso el gol que Sandro coló por el medio de una barrera que casi mejor que no se hubiera puesto, fue más doloroso aún ver la incapacidad del equipo azulgrana para reaccionar cuando le quedaba prácticamente toda la segunda mitad para, al menos, lograr un empate que le habría permitido seguir en lo alto de la tabla con dos puntos de renta sobre el Granada y el Levante, y mantener a los canarios a dos puntos más el golaveraje a favor.
S.D. Eibar
Luca, Tejero, Venancio, Arbilla, Ríos Reina (Nolaskoain, m.87), Sergio Álvarez, Matheus, Corpas (Troncho, m. 65), Javi Muñoz (Arana, m. 73), Quique (Rahmani, m. 65) y Bautista (Blanco Leschuk, m. 73).
0
-
1
UD Las Palmas
Valles, Lemos, Álex Suárez, Coco, Cardona, Álvaro (Marvin, m. 63), Loiodice, Kirian (Andone, m. 82), Jonathan Viera (Óscar Clemente, m. 38), Moleiro (Kaptoum, m. 82) y Sandro (Marc Cardona, m. 63).
Gol: 0- 1, m. 51. Sandro.
Árbitro Hernández Maeso del comité extremeño. Amonestó a Venancio, Sergi Cardona, Arbilla, Matheus, Marc, Valles y Marvin.
Incidencias: Ipurua presentó una entrada de gala a pesar de jugarse el encuentro el lunes, dado que se reunieron 6.754 espectadores.
En lugar de eso, ahora la desesperada afición azulgrana ve cómo su equipo entrega el liderato a la escuadra canaria, y se apresta a vivir un final de temporada presa de los nervios, con dos partidos a disputar fuera ante el Racing y en la última jornada en casa del Huesca, y un duelo de máxima tensión ante el Sporting dentro de dos semanas.
Con todo, lo más preocupante, aún con su estadio a rebosar volcado en empujarle hacia un triunfo que le habría metido medio ascenso en el bolsillo, es la sensación de impotencia que trasladaron los de Garitano, a los que se les ha olvidado ganar desde que protagonizaron una épica remontada frente al Mirandés que ahora queda casi como una anécdota.
Y eso que, después de que la jornada arrancara con los resultados que más le favorecían, parecía que fútbol estaba dispuesto a devolverle lo que dejó escapar de forma tan traumática en la última jornada del pasado campeonato en Alcorcón.
Noticias Relacionadas
El plantel se había encargado de transmitir a lo largo de la semana que estaban concienciados y preparados para dar el salto definitivo que les lanzara en solitario hacia el cielo. El propio capitán se encargó de convocar a todos y cada uno de los seguidores a que acudieran a Ipurua para luchar juntos por un triunfo que tenía que llegar sí o sí. Y, como siempre, la afición respondió. Pero el equipo no lo hizo, porque simplemente no pudo.
Porque intentarlo lo intentó de todas las maneras posibles, ya que desde el mismo pitido inicial buscó la portería rival mediante centros laterales, como el que Bautista remató con la punta de la bota sin percatarse de que Quique González, la única novedad de la alineación, llegaba en mejor posición desde atrás para empujar el buen servicio de un esmerado Corpas.
Ahogado ante la intensa presión adelantada de los armeros, los 'pío pío' no piaban. De hecho, no se les veía ni capaces de hacer cosquillas, debido en gran medida a que Jonathan Viera, sobre el que su técnico había cargado toda la responsabilidad, arrastraba unos problemas físicos que le llevaron a tener que ser sustituido antes del descanso. No se podía pedir más.
Pero, curiosamente, la marcha del centrocampista canario cambió el semblante de su equipo y nada más comenzar el segundo período, Venancio se vio obligado a derribar a Sandro en la frontal del área para evitar que se internara. El remedio fue peor que la enfermedad, puesto que el delantero amarillo aprovechó que la barrera se abrió de par en par para entregarle la portería.
Con prisas y a lo loco, el Eibar puso el resto de la carne que tenía en el asador para evitar que el desastre se consumara, pero cuando ya se cantaba el gol de Javi Muñoz, el meta Valles sí que desplegó sus alas para pararlo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.