antton iparraguirre
Martes, 3 de mayo 2016, 14:43
Cada vez más nos parecemos a los alemanes, aunque tal vez no seamos tan cabezas cuadradas como son ellos, según el tópico. Un ejemplo es el gusto por la birra. El consumo de cerveza alcanzó el pasado su máximo histórico en España y el de tabaco su mínimo. Más birra y menos nicotina. ¡Vaya! Esta realidad podría servir como título de una canción.
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El pasado año se bebieron en el Estado 3.500 millones de litros, un 3,2% más que en el mismo período de 2014. Así se recoge en los datos de recaudación que ha hecho pública la Agencia Tributaria. La cifra supone que se mantiene el crecimiento en el consumo de cerveza, un producto que está gravado por un impuesto especial específico que viene muy bien a Hacienda, y que permite a ésta controlar su consumo. No en vano logró recaudar 297 millones de euros, todo un récord. Otra de sus fuentes de ingresos es lo que grava, asimismo, por el alcohol destilado, el tabaco y la gasolina, entre otros. Ya se sabe, "Hacienda somos todos", como dice un antiguo slogan, aunque a algunos se les olvida, sobre todo a los que tienen cuentas en el extranjero, como se nos recuerda cuando surgen escándalos como el más reciente de los papeles de Panamá.
¿Por qué sube tanto el consumo de cerveza? Te preguntarás. Entre las razones que esgrimen los que entienden de esto se encuentran la recuperación económica (no hay que olvidar que el Producto Interior Bruto creció un 3,2% en 2015. Sí, somos mas ricos aunque no lo parezca), la fuerte ola de calor que se vivió el pasado año y la creciente bonanza turística que llevó a un hito el número de visitantes allende nuestras fronteras.
Fuera de casa
Otro dato que recoge el informe de la Agencia Tributaria es que bebemos más cerveza fuera de casa, ya que el consumo total de los hogares durante el pasado año se sitúa en términos nominales todavía por debajo de los niveles de 2008, en los prolegómenos de la crisis económica que nos sigue azotando todavía.
Pero el estudio de Hacienda también ofrece otro dato interesante sobre nuestro bolsillo, hábitos y salud. Bebemos más cerveza y al mismo tiempo fumamos menos. Parece que cada vez son más los que opinan qué bien entera una cañita con un cigarrillo. Durante el pasado se vendieron en España 2.144 millones de cajetillas de tabaco. El dato supone que se trata de la cifra más baja desde hace 21 años, según la serie histórica. La Agencia Tributaria recaudó 6.580 millones de euros, un 8,9% menos que en 2014. Y eso que sumando el IVA, prácticamente el 80% del precio de venta de una cajetilla de tabaco acaba en las arcas de Hacienda. ¿Cuál es entonces el motivo de esa bajada? Pues el cada vez mayor descenso en las ventas. Parece que el alto precio, la prohibición de su consumo en algunas áreas y las campañas de concienciación están teniendo éxito en las conciencias de millones de personas que apuestan por no comprar un producto que sabe es veneno para su salud. El cigarro es cada vez menos visto como un placer, que era lo que querían hacernos ver las tabaqueras tanto en anuncios publicitarios como en otros soportes como los medios de comunicación y hasta en las películas.
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