El 'Aita Mari' atraca en el puerto de Nápoles con las 69 personas rescatadas

Las migrantes que ya se encuentran en tierra firme viajaban en dos botes de madera y entre los migrantes, en su mayoría egipcios, sirios, bangladesíes y algún subsahariano, viajaban cinco mujeres y seis menores, entre ellos un niño de 4 años.

Una vez que el capitán, Simón Vidal, comunicó la evacuación de los migrantes, Italia les asignó el desembarco en Génova, a «casi 700 millas (unos 1.200 kilómetros) del punto de rescate», apuntó Vidal. «Era una decisión peligrosa -añade-, porque, al margen de la distancia, nos habían asignado la única zona donde el domingo está prevista una tormenta, con olas de más de dos metros y vientos de 30 nudos (55 km/h) de través. El barco iba a poder navegar, pero significaba someter a un estrés y un sufrimiento innecesario a gente que ya viene de una situación complicada y que no lo iba a pasar bien en el barco», reprochó el mismo viernes.

Según sus cálculos, no habrían llegado a Génova hasta el domingo por la noche o primeras horas del lunes. Por ello, y tras insistir con varios correos electrónicos a las autoridades italianas para que les reasignaran un puerto más cercano, finalmente recibieron el permiso para amarrar en Nápoles, a donde han llegado este sábado por la tarde.