
40 años de diseño italiano en París
Dolce & Gabanna. ·
La capital gala celebra con una gran exposición su saber hacer. Prueba de que la Alta Moda, como se dice en Italia, no tiene qué envidiar a la Alta CosturaSecciones
Servicios
Destacamos
Dolce & Gabanna. ·
La capital gala celebra con una gran exposición su saber hacer. Prueba de que la Alta Moda, como se dice en Italia, no tiene qué envidiar a la Alta CosturaAbraham de Amézaga
Sábado, 22 de marzo 2025, 13:01
Antes de que se constituyera Italia como país, en algunos de los enclaves que lo conformarían, ya existía el lujo, el de los vidrios de ... Murano o los grandes espejos; el de los perfumes y las ricas sedas. La Francia del XVII, la de Luis XIV, queriendo tomarle la delantera, copiará sin reparo, intentando atraer con ingentes cantidades económicas a artesanos alpinos, para que les revelen sus secretos. Hasta que París, bajo el impulso del ministro de Finanzas Colbert, se alza en el siglo XVIII en centro mundial del lujo; título que aún continúa portando.
Pues bien, a pocas semanas del comienzo de los últimos desfiles de Alta Costura, el Grand Palais inauguraba una colosal exposición sobre el trabajo de dos italianos, Domenico Dolce y Stefano Gabbana. Frente a los Campos Elíseos, la que los franceses definen como 'la avenida más bella del mundo', un dúo de italianos parece desafiar con su Alta Moda y Alta Sartoria a los compatriotas de Napoleón y Voltaire, aunque de un modo dulce, 'Del corazón a las manos', como viene a rezar el nombre de su exposición.
Si 'París bien vale una misa', como sentenció un Borbón del XVI, Italia todas las del mundo. A su arte, y al de las icónicas Florencia, Roma, Nápoles o Venecia, entre el rosario de inspiradoras urbes, les han rendido homenaje por medio de sus colecciones, Dolce & Gabbana, que no solo hacen moda, sino también país. Un universo que ellos diseñan y que su séquito de sabias manitas hace realidad, con pasión, experiencia, destreza… y por supuesto miles de horas. El tiempo no importa, cuando es para moldear sedas, lamés y organzas, coser perlas y lentejuelas, realizar bordados… Un derroche de creatividad y paciencia.
En la era de la inmediatez, de la cada vez mayor presencia de la Inteligencia Artificial, si hay algo claro es que la mano y destreza humana tienen larga vida. Y es que «bajo su dirección, los artistas-artesanos se superan en la práctica de sus oficios, imaginando las innovaciones del mañana, basadas en un saber hacer ancestral», ha recordado la historiadora Florence Müller, comisaria de la muestra.
El público se pasea a largo de horas y horas por las diferentes salas boquiabierto; algunas de ellas erigidas a semejanza de imponentes estancias de palazzos venecianos, lámparas de Murano incluidas. Recorrido por la historia, por algunos de sus protagonistas, con una relajante música que es fundamental pieza para sumergirnos en un ambiente en el que no faltan vírgenes o Madonnas, vestidos, trajes -más de doscientos-, accesorios -más de trescientos-; amén de obras de arte y muebles y antigüedades, que sobrepasan generosamente el centenar. Como guinda, el visitante ascenderá a reservados espacios de trabajo, con luz natural y estribillos de Pavarotti de fondo, en el que un puñado de artesanas corta, cose y borda.
Previamente, maniquíes de negro, que recuerdan a la Andalucía de las procesiones, pero que son sicilianas, con sonido de canto gregoriano. Y todo ello antes de llegar a un salón que sumerge de lleno en 'El gatopardo'; homenaje de Dolce y Gabbana a Visconti, su director de cine fetiche, con imágenes de escenas en las que surgen unos jovencísimos Claudia Cardinale y Alain Delon, en el palacio Gangi de Palermo.
Carta de amor a la cultura italiana y en concreto a su arte, que se despliega en forma de muestra inmersiva a lo largo de diez salas y mil doscientos metros cuadrados, donde lo 'fatto a mano' (hecho a mano) es el hilo conductor igualmente, que acompaña al visitante a lo largo de todo el recorrido, donde si bien las prendas y complementos, así como los objetos son los protagonistas, la impactante puesta en escena, obra de la agencia Galuchat y producida por IMG, logra realzarlos al máximo. Esto provoca que quien la visita, sienta que está en la muestra más impresionante jamás vista, donde la variedad de sonidos -en algunas de las salas de vidrios rotos-, así como los olores, que se despliegan en los diferentes espacios, contribuyen igualmente en esa dirección.
De la luz a la oscuridad, para volver a la luz; de sueños de divinidades, a divinos mosaicos, para más tarde bucear en las tradiciones sicilianas, el blanco en su versión barroca, la devoción, la ópera o Milán, esa ciudad que aunque no es la capital histórica de la moda italiana, sí es su capital financiera y escenario en el que se desarrollan internacionales desfiles. En su catedral, se alza la Madonnina, fuente de inspiración para crear un modelo fruto de elevada pasión y dominio, que se expone con pompa en la exposición, y ante el que más de uno sería capaz de arrodillarse. Todo, hasta el 2 de abril.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El enigma de las plantas de tequila en la 'Catedral del vino' de Cigales
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.