Beñat Olea habla sobre las costumbres de las mujeres de Euskadi.

El tocado de las mujeres vascas que fascinaba a los viajeros medievales: «Cada uno contaba una historia»

El guipuzcoano Beñat Olea repasa una parte de la historia vasca sobre las prendas de las mujeres en la Edad Media

I.G.

San Sebastián

Jueves, 6 de febrero 2025, 06:46

Beñat Olea, del euskera a las costumbres de Euskadi. Este diseñador y actor, natural de Legazpi, suele compartir cada día todo tipo de curiosidades en torno al euskera y al propio País Vasco. Lo hace siempre de una forma amena, didáctica y, sobre todo, presumiendo de un gran sentido del humor. Y esto es precisamente lo que ha hecho a la hora de desvelar uno de los rasgos que más apreciaban los viajeros en la vestimenta de las mujeres vascas: su tocado.

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Para ello, Beñat Olea comienza recordando una figura femenina que dio mucho que hablar en la época: las brujas vascas y su sombrero en forma de pico. «Lo que más llama la atención es el tocado blanco que llevan en la cabeza. Pero resulta que este 'buruko' no es exclusivo de las brujas vascas, sino que era una prenda que llevaban todas las mujeres vascas en la Edad Media. O casi todas», avanzaba el influencer, autor del cómic 'Eki en las nubes'.

Beñat Olea explica en el vídeo que entre los siglos XII y XVII, las mujeres casadas no podían salir de casa sin estos tocados que se confeccionaban con más de 25 metros de tela, sujetos con armazones de mimbre o alambre. Y no todos eran iguales. «Cada tocado contaba una historia y era diferente según el estatus y la ciudad en la que residían. Además, también describían el estado civil de las mujeres que los llevaban. Las casadas llevaban el cuello y la nuca cubiertos. Las viudas llevaban un único cuerno. Y si se volvían a casar, llevaban dos. Las solteras parece que llevaban la cabeza descubierta y el pelo rapado», descubre el influencer guipuzcoano.

El autor de 'Eki en las nubes', eso sí, no se olvida del papel que tuvo la Inquisición en el siglo XVII. «Al parecer, esto fascinaba a los viajeros que llegaban al País Vasco. Pero la Inquisición los prohibió. ¿Y cuál fue el motivo? Parece que algunos tenían formas demasiado explícitas y la Iglesia los vio como algo demasiado pecaminoso», apuntaba Beñat Olea, incidiendo que esto acabó con «una de las prendas más icónicas de la cultura vasca».

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