
Alba Moreno
Vermú de domingo ·
Con una facilidad pasmosa para hacer accesibles conceptos científicos complejos, lamenta los prejuicios que hay hacia las mujeres en la cienciaSecciones
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Alba Moreno
Vermú de domingo ·
Con una facilidad pasmosa para hacer accesibles conceptos científicos complejos, lamenta los prejuicios que hay hacia las mujeres en la cienciaAunque por su aspecto y su forma de hablar parezca más una estrella del trap que una estudiante de física, el entusiasmo de Alba Moreno por esta ciencia ha hecho que más de un millón de seguidores en redes sociales (@fisicamr) hayan aprendido desde el 'efecto Magnus' al marcar un gol de córner hasta el funcionamiento de las agujas de tatuar a través de los campos electromagnéticos, algo que conoce bien porque luce tatuajes de Stephen Hawking, el telescopio espacial James Webb o Saturno. Esta sevillana de 23 años afirma que «lo bueno de la física es que está en todos lados», y lo demuestra en 'La vida es física' (Planeta), donde hace accesibles conceptos científicos complejos al mostrarnos sus aplicaciones en la vida cotidiana.
-Sus vídeos en redes son un aperitivo con los que abrir boca para aprender física.
-Sí, aunque por las restricciones de tiempo son vídeos de un minuto y no puedo profundizar mucho. Por eso tenía muchas ganas de hacer este libro, para profundizar en los temas de los que he ido dando pinceladas en mis vídeos, desde los átomos hasta la cosmología.
-De pequeña, la física era su refugio. ¿De qué se refugiaba?
-No he tenido una infancia fácil. Tengo muy pocos buenos recuerdos, y lo que me hacía estar contenta y encontrarme a mí misma era la física. Desde muy pequeña empecé con esta pasión por el universo, por mirar las estrellas y hacer preguntas. Después, según fui creciendo, en el colegio me encontré con algunos maestros que me apoyaron, al igual que mi madre, y que me conseguían revistas y libros de física para niños. Así fui aprendiendo poquito a poco. Era lo que me hacía feliz.
-Y querría ser astronauta.
-Pues fíjate que no.
-Pero sí se emocionó viendo el lanzamiento del Miura 1.
-Sí, pero yo sería más de quedarme en el centro de control, hermano, para que todo saliera bien. Me daría muchísima fobia ir al espacio porque soy bastante claustrofóbica. Y me da pena, pero todo el proceso que tienes que pasar para ser astronauta… no sé, me agobiaría muchísimo. Pero sí, uno de mis sueños desde pequeña era ver el lanzamiento de un cohete. Fue el mejor día de mi vida.
-En la ciencia apenas hay mujeres como referente.
-Total. De hecho, cuando empecé a leer sobre física, solo aparecían los típicos referentes masculinos, que obviamente también adoro, como Einstein, Stephen Hawking o Newton. Pero yo decía «oye, yo sé que quiero estudiar esto, pero no conozco a ninguna mujer física». Inconscientemente, pensaba que no era una carrera para mí o que yo no era capaz de sacarme una carrera así, por lo que busqué referentes por mi cuenta. Ahí fue cuando me percaté de que no es que no hubiese mujeres haciendo ciencia, sino que estaban silenciadas.
-La mayoría solo conocemos a Marie Curie.
-Porque a lo largo de la historia de la física solo se han otorgado tres Premios Nobel a mujeres. No lo han recibido ni Lise Meitner, la descubridora de la fisión nuclear, ni Vera Rubin, que descubrió la materia oscura, ni Jocelyn Bell, que detectó la primera señal de un púlsar. Lo que sí le dieron a Bell fue un premio de un millón de libras que destinó a un fondo de becas exclusivo para mujeres y personas que no tenían recursos para estudiar. Como yo también me he visto en la situación de no poder coger todas las asignaturas que me gustaría por el tema económico, pienso que es muy importante que no exista ese sesgo económico en la educación. Si queremos construir un futuro mejor y que todo el mundo tenga formación, hay que hacerla un poco más accesible.
-De hecho, daba clases para pagarse la universidad.
-Sí. Lo dejé porque entre las redes sociales y la carrera no me daba más la vida, pero he trabajado de profesora particular desde los 15 hasta el año pasado.
-Sería buena como profesora, porque explica la física con un lenguaje muy accesible.
-Simplemente, me expreso igual que me expreso con mis amigos, porque mi idea es que la física llegue al mayor número de personas. Pero muchas veces me han criticado por el tema del rigor, cuando se puede ser riguroso sin tener que usar palabras técnicas. Lo bonito de la divulgación es poder adaptarla para que todo el mundo te entienda y, sobre todo, ser tú mismo o tú misma.
-Tampoco tiene nada que ver el aspecto con el rigor científico.
-Obvio.
-Pues para algunos no es tan obvio, porque le han dado muchos palos por no responder al estereotipo de científica con gafas y bata.
-Sí, y me los siguen dando tanto en mi día a día como en redes sociales, pero ya lo tengo normalizado y no me afecta. Mi madre jamás me ha dicho cómo me tenía que vestir, y ese apoyo en mi casa me ha hecho pensar que yo no era la que estaba equivocada por vestirme como quisiera. Es cierto que, en el mundo científico, sigue habiendo muchos prejuicios, sobre todo con las mujeres: tengo compañeros divulgadores que no han sido criticados por vestirse de otra forma distinta al estereotipo ese de científico con bata. Por eso hay que visibilizar otras realidades, porque en primero de carrera ves a niños y a niñas vestidos de todas las formas posibles, ves muchísima diversidad, pero luego eso no es lo que ves en una revista de ciencia. Es muy importante que cada vez haya más personas distintas haciendo divulgación científica. En lo distinto está lo chulo, ¿no?
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