

Secciones
Servicios
Destacamos
El próximo 12 de marzo se repetirán las mareas vivas que el pasado lunes inundaron varios puntos del litoral guipuzcoano y en el futuro este ... fenómeno será cada vez más habitual. «Desgraciadamente, los modelos que manejamos se están quedando cortos en las predicciones», afirma Adolfo Uriarte, director de Patrimonio natural y Cambio climático del Gobierno Vasco.
– ¿Nos vamos a tener que acostumbrar a ver inundadas las calles de Pasai Donibane?
– Nos tenemos que acostumbrar o tomar acciones para evitar que eso ocurra con la frecuencia con la que está empezando a pasar. Desgraciadamente, el nivel del mar sigue subiendo. Cada vez tenemos más agua en el mar porque se está expandiendo por la acción térmica o por el deshielo de los casquetes polares. Si estamos creciendo un centímetro cada tres años, en 30 años tendremos diez centímetros más de marea.
– ¿Qué se puede hacer?
– Mucho. Nosotros estamos trabajando sobre lo que ahora se conoce como acciones basadas en la naturaleza, es decir, saber cómo se está comportando esta subida del nivel del mar en los espacios naturales y qué afección tiene en el territorio, e intentar replicar allá donde sea posible estos escenarios en los que la naturaleza hace frente al impacto de la subida del nivel del mar.
– ¿Habrá que poner más muros en otros lugares?
– Es cierto que hay muchas zonas donde no podemos utilizar más que lo que es el recrecimiento mediante muros, la subida de la cota de los paseos, el refuerzo de nuestros diques y la subida de coronación de los puertos y los diques, que son nuestra primera defensa frente a la marea. Hay sitios donde vamos a poder aplicar unas soluciones y otros donde no nos quedará más remedio que protegernos y defendernos.
– ¿Habrá que retroceder en algunos lugares frente al avance del mar?
– Hemos hecho un análisis bastante interesante en el proyecto Kostaegoki, en el que hemos estudiado muy al detalle los diferentes escenarios de subida del nivel del mar. Lo que hemos visto es que si actuamos pronto en la mayor parte de los espacios que necesitan una actuación temprana, podemos estar hablando de que hasta 2050 no vamos a tener que retroceder, pero es importante que actuemos lo antes posible porque cuanto antes tomemos medidas, el impacto posterior va a ser menor y luego ya no tendremos que estar tomando esas decisiones tan drásticas que nadie quiere escuchar.
– ¿Qué decisiones?
– Derruir viviendas o instalaciones que en este momento están dando servicio.
– ¿Qué zonas de Gipuzkoa serán las más afectadas?
– Obviamente serán las cotas más bajas, las zonas inundables. Estamos hablando de Irun, Hondarribia, Zarautz y el propio Donostia. Son lugares donde hemos construido muy cerca del mar y en algunos casos vamos a tener que reforzar nuestras defensas. Estamos aprendiendo todos rápidamente, lo que ahora nos queda es correr.
– ¿Vamos a tener que aprender a defendernos del mar?
– Sí. El mar siempre ha sido vida y sustento para nosotros y ahora tendremos que aprender a convivir con esta situación nueva. El mar sigue hacia arriba, nuestros asentamientos tienen una cotas muy próximas a lo que el mar está demandando y tendremos que ver en qué zonas tenemos que protegernos.
– ¿Es normal tener 20 grados de temperatura en febrero?
– Esto es una efeméride, no es el cambio climático. Obviamente, no es normal que tengamos estas temperaturas, aunque el viento sur en febrero es bastante frecuente en nuestra costa, al igual que en octubre. Lo que no es frecuente es tener estas altas temperaturas, eso es cierto, pero podremos hablar de cambio climático cuando esto se produzca todos los años o con una frecuencia muy grande. Entonces ya no hablaríamos de efemérides, sino de clima, y cuando cambia el clima es cuando tenemos que preocuparnos.
– ¿Llevamos camino de que esta efeméride deje de serlo porque se repetirá todos los años?
– Los modelos lo indican. Estamos basándonos en los modelos, pero desgraciadamente se están quedando cortos en las predicciones. No sé si hemos querido ser muy conservadores para no alarmar demasiado, pero siempre hemos dicho que esto va aumentar entre uno y dos grados y al final vemos que la realidad son más de dos. Lo que al principio nos daba incluso algo de reparo decir porque parecía que era demasiado exagerado, parece ser que nos estamos quedando cortos.
– Pues qué alegría me da.
– Hay que ser optimistas. Lo que no vale es decir que menuda desgracia. Esto es una oportunidad de oro, de verdad. Yo no entiendo ese negacionismo que no quiere hacer la transición energética. Si nosotros no somos ricos ni tenemos petróleo ni combustibles fósiles y sin embargo contamos con buenos recursos eólicos y solares, ¿cómo no vamos a cambiar ese paradigma y vamos a empezar a pensar que ahora de repente vamos a tener soberanía energética? No entiendo esa duda. Yo a los negacionistas les preguntaría cómo pueden rechazar una transición energética cuando de repente se te abre la oportunidad de no ser dependiente de algo. Ahora están cogiendo la bandera de la soberanía alimentaria y oyes a nuestros agricultores decir que su principal problema es que el precio del gasoil y la energía han encarecido muchísimo el producto. Pero si en vez de gasoil utilizamos hidrógeno generado a través de renovables o un tractor eléctrico, lo que sea, y no les va a costar ni el 10% de lo que costaba hasta ahora el gasoil, bienvenido sea el cambio.
– ¿Nos aguarda un futuro sin invierno?
– Nos aguarda un futuro diferente. No sé si será sin invierno, pero desde luego habrá épocas con olas de frío mucho más cortas y con menos días de lluvia pero más torrenciales.
– ¿Nos esperan veranos con olas de calor más largas y más frecuentes?
– Eso es lo que dicen los modelos y yo cada vez me los creo más. Incluso creo que deberíamos de ser un poco más pesimistas. Vamos a tener cada vez más calor y con más frecuencia.
– ¿El cambio climático avanza más rápido que nuestros esfuerzos para adaptarnos?
– Estos últimos tres o cuatro años ha ocurrido todo muy rápido, no sé si los próximos años vamos a seguir a esta velocidad. Espero que no. Espero que esto se relaje un poco y que nos deje algo de tiempo para acometer la transformación que tenemos que hacer, pero va muy rápido, más de lo que pensábamos.
– ¿Hay que correr más?
– Indudablemente. Tendremos que empezar a trabajar con procedimientos de urgencia para acometer las obras más rápidamente, tenemos que trabajar mucho en temas de gobernanza, contamos con un entramado institucional o de administraciones en Euskadi que tiene que interesarse, tenemos que trabajar todos juntos y llegar hasta el ciudadano, tenemos muchas cosas que hacer y realmente las administraciones son complicadas, lentas y muy garantistas. Todo esto hace que vayamos más despacio de lo que debiéramos.
«La industria vasca está haciendo unos recortes impresionantes en emisiones», dice Adolfo Uriarte.
– ¿En qué grado de ejecución se encuentra el Plan de transición energética y cambio climático?
– Vamos bien, pero deberíamos ir mejor. Una de nuestras grandes pegas es la producción de energías renovables. Ahí vamos mal y tarde. Tenemos un territorio complicado aunque también una muy buena conciencia ambiental y sabemos que tampoco los renovables son una solución perfecta e idílica porque ocupan mucho espacio, necesitan una nueva tirada de redes de distribución de energía y generan impacto sobre la biodiversidad. Debemos apostar por tener un territorio con un patrimonio natural que sea una primera barrera contra el cambio climático.
– ¿En que se nota lo que se ha hecho? ¿Hemos reducido nuestra huella de CO2?
– Sí, claro. Desde 2015, año en el que asumimos los objetivos de París, estamos trabajando en eso. Nuestro año de referencia es 2005 cuando en Euskadi produjimos la mayor parte de nuestras emisiones, y ahora estamos reduciendo. La nueva ley que acabamos de aprobar la semana pasada es lo suficientemente ambiciosa como para tomarnos en serio los importantes retos que tenemos. Si decimos que queremos ser neutros en 2050, y nuestra ley va a intentar que lo seamos, lo tenemos que conseguir entre todos.
– ¿Hay motivos para pensar que ese objetivo se va a conseguir?
– Yo creo que sí. Por supuesto, tenemos lagunas. La industria ha asumido el reto inmediatamente y está haciendo unos recortes impresionantes en emisiones. Lo ha visto como una oportunidad de eficiencia y de ahorro de costes y estamos avanzando, pero es cierto que en el transporte todavía andamos un poco lejos de los objetivos. Son medidas poco populares, como las zonas de bajas emisiones en las ciudades, pero ahí no hay que pensar en las próximas elecciones sino en el largo plazo y en que estamos haciendo lo mejor para el país.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La segunda temporada de Memento Mori se estrenará este mes de abril
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.