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Ocho alumnos y dos profesores se acercan al teatro Victoria Eugenia. Acaban de llegar de Irun, del colegio Toki Alai y del instituto Pío Baroja. Han venido a Donostia a participar en 'Encuentros con estudiantes', uno de los puntales del festival de la ciencia Passion for Knowledge, donde los investigadores son tratados como estrellas del cine por jóvenes de Secundaria y Bachillerato que aspiran a emprender una carrera científica.
«Quiero estudiar Biomedicina», dice Nora D'anjou, de segundo de Bachillerato en Pío Baroja. «Me gusta mucho la biología y todo lo relacionado con la investigación y los laboratorios», añade. «Cada vez tienen más auge las ciencias en etapas tempranas», sostiene su profesora de Biología, Anto López, que rechaza la idea de que este tipo de estudios son más complicados que los de letras. «Hay que desterrar ese mito. Las ciencias no tienen que ser más difíciles que las letras, al contrario», asegura.
María Vallet Regí
Química
Frente a la entrada del teatro aguardan 174 alumnos y 55 profesores de 44 centros de Secundaria y Bachillerato. Son los convocados a un encuentro en el que el premio nobel de Química Jean-Marie Lehn, el de Medicina Jack Szostak y la química María Vallet Regí, premio Jaime I, responderán a las preguntas de los estudiantes.
Hay muchas cuestiones, así que es necesario elegirlas por sorteo. La primera le toca al instituto de Zumaia y va dirigida a los tres protagonistas del encuentro. «¿Cuál ha sido la decisión más importante que han tomado en su vida profesional?».
Abre el fuego Szostak. «He pasado de pregunta en pregunta toda mi vida. Me he centrado en estudiar lo que me parecía interesante en cada momento», contesta. «Mi primera decisión fue no dejar la carrera, porque tuve en muchos momentos esa tentación», dice Vallet Regí. «Yo empecé a estudiar filosofía, pero en la universidad vi que en la filosofía no hay forma de comprobar lo que es correcto y por eso me fui a la química, porque sentía que tenía el control», explica Lehn.
Jack Szostak
Nobel de Medicina
Las preguntas se suceden. También las respuestas. «Cuando descubres algo que nadie ha visto antes, la sensación es maravillosa. Eso es algo que te ofrece la ciencia», dice Szostak. «La primera vez que llegas a algo nuevo es un subidón tremendo. Descubrir cosas nuevas es lo mejor que te puede pasar», corrobora Vallet Regí.
Hay sentencias y consejos. Algunos de ellos suenan algo subversivos, como los que ofrecen Lehn y Szostak. «En la universidad yo no iba a todas las clases. No hay que depender de lo que te dice el profesor. Hay que buscar en los libros, hay que leer», recomienda el primero. «En la universidad casi todas las clases eran aburridas. Yo aprendí mucho más en la biblioteca», confirma el segundo.
Termina el turno de las preguntas y comienza el baño de masas, en el que los investigadores se funden con lo estudiantes para sacarse fotos y hablar con ellos. Entre posado y posado, Lehn charla con cuatro alumnos de La Asunción. «Nos ha dicho que no olvidemos la importancia de ser europeos», dicen después.
Jean-Marie Lehn
Nobel de Química
Galder, un estudiante de Zubiri Manteo, aborda a Szostak y le pregunta en inglés si es posible la vida basada en silicio y carbono. «Me ha dicho que no lo cree». Más tarde conversa en francés con Lehn. Galder quiere ser físico. Puede que alguna vez sea él quien responda a las preguntas.
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