¿Seres perfectos? Apuesto que no
El árbol de la ciencia ·
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Neuralink quiere manipular el cerebro humano para crear seres más fuertes, más listos y más buenosElon Musk es un tipo osado. Su éxito con Tesla le ha labrado fama de visionario, aunque derrape con frecuencia. Neuralink puede ser su próximo desliz. Este dispositivo de 192 microelectrodos de distinta longitud y 1094 canales se implanta en la corteza ... cerebral con anestesia local, estimula grupos de neuronas localizados a diferente profundidad y recoge su actividad. Los datos captados llegan por banda ancha a un ordenador. Es una evolución sofisticada de los electrodos usados para tratar el parkinson o la epilepsia. Su primer objetivo es terapéutico y persigue devolver la movilidad a personas con tetraplejia con mayor precisión que la conseguida con brazos robóticos.
Fantástico. La vertiente filosófica es más cuestionable. Habla de leer el pensamiento, robar ideas, sustituir al lenguaje, amplificar orgasmos o buscar la simbiosis entre cerebro e inteligencia artificial. Se aplicaría en personas sanas para mejorar su capacidad motora, cognitiva y emocional. Musk quiere crear Homo silicius: más fuerte, más listo y más bueno. Como el soldado invencible que el ejército ansía. En los años 60, el científico JM Rodríguez Delgado modificó la conducta de animales insertando chips en su cerebro. Extrapoló las conclusiones al humano en su obra El control físico de la mente y todo se paralizó. Era la guerra fría, se sabía poco de la organización cerebral y la tecnología era rudimentaria. ¿Neuralink, o sus homólogas chinas Neuromatrix y Neurobuy, lo conseguirá o es populismo científico? Implantar chips para manipular redes neuronales a voluntad y sin riesgos suena bien, sobre todo si cuenta con el aval de científicos. Pero, ¿a voluntad y sin riesgos?
En 'El mundo en 2050', M Ridley escribía que el pesimismo planetario suele estar equivocado y se regodeaba enumerando la lista de predicciones de desastres incumplidos, como una pandemia. Ya ven. Entre el pesimismo paralizante y el futurismo irreflexivo está el realismo optimista. Aunque el último video de Musk mostrando a Pager, un mono que juega un videojuego con la mente, es chocante, apuesto 100 euros a que un sistema biológico altamente complejo, no lineal, dinámico, auto organizado, con un código de comunicación desconocido, totalmente constituido y funcionando con normalidad sincrónica entre sus componentes, no puede ser manipulado con tecnología de un modo tan sutil y preciso que mejore y/o aumente una de sus funciones de modo significativo y permanente, sin causar efectos colaterales indeseables, en un ser humano que viva libre en contextos cambiantes y ambiguos. El biosistema descrito es el conectoma, el mapa de trillones de conexiones cerebrales, con propiedades emergentes e imposible de atrapar en una fórmula matemática. Además, complejidad y precisión guardan relación inversa. La tecnología se refiere a implantes inertes o activos (nanotecnología, genes, moléculas y/o drogas) para distinguirlo de la usual manipulación social (publicidad, propaganda).
El escritor de ciencia ficción AC Clarke afirmó que «cuando un distinguido científico declara que algo es imposible, se equivoca casi con toda seguridad». Por fortuna no lo soy y sí lo son quienes aseguran lo contrario, así que espero ganar el reto. Es cierto que en Ciencia no hay nada «imposible», pero sí hay objetivos «muy improbables» y el de Musk lo es. ¿Y la ciudadanía? Mientras la financiación sea privada, es razonable mantener el escepticismo y aprovechar sus experimentos para avanzar en otros fines. Pero si el dinero procede de fuentes públicas, vigilemos que no se destine a alimentar egos a costa de atender problemas tan acuciantes como la previsión de pandemias o la derrota del cáncer, parkinson y alzheimer. La carrera está lanzada. Hay un mercado millonario que, más allá de curar, busca vender ideas y modas (hay gente dispuesta a achicharrarse el cerebro con microcorrientes eléctricas para mejorar su rendimiento cognitivo). La línea que separa la apertura mental del desparrame cerebral es fina y se llama pensamiento crítico. Por favor, no se agujeree el cráneo para ser mejor.
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