El comentario de un repartidor de comida a los caprichos de un cliente

Pedir comida a domicilio es un hábito ya muy extendido en nuestro entorno. Y es que se trata de una práctica que no acarrea más que ventajas si queremos disfrutar de nuestro plato de pasta favorito o de esa hamburguesa con queso y bacon tan sabrosa, patatas fritas incluidas. Todo, de una forma muy cómoda (basta con tirar de una llamada telefónica o de internet), rápida (en según qué comercios) y extremadamente práctica. Eso sí, hay algunos que también aprovechan el pedido de turno para sacar tajada de la buena voluntad del repartidor, y en ocasiones… le echan excesivo morro.

Es lo que le sucedió recientemente a un repartidor de una franquicia de comida rápida. No se sabe si el caprichoso cliente optó por una hamburguesa doble con tomate, queso, mostaza y lechuga, o le dio más por unas alitas de pollo acompañadas de unos aros de cebolla, tarta de queso mediante. Lo cierto es que la cuenta final apenas ascendía a 9,45 euros, a lo que hubo que añadir el correspondiente suplemento por el envío al domicilio. Así lo reflejaba el recibo que le dio en mano el repartidor al acomodado cliente, que había realizado el pedido vía internet. Y así lo hizo constar -se entiende que el paciente repartidor- en @soycamarero, popular cuenta de Twitter que supera los 142.000 seguidores y que a diario recopila los excesos de los clientes y las anécdotas más divertidas sobre el mundo de la hostelería.

¿Y todo para qué? Quizá para desahogarse ante las excesivas confianzas que se había tomado el acomodado cliente. Y es que en las observaciones el trabajador hizo constar los excesos que se había tomado el usuario. Y es que el cliente entendió que el servicio de reparto le daba derecho a un extra como el de bajar la basura. «Total, ¿qué más le dará? Si yo estoy en pijama y no me voy a vestir solo para eso», debió pensar. Sea como fuere, en el comentario final de la nota el repartidor se encargó de dejar bien clara su queja: «Observaciones: después de traer la comida, bajar la bolsa de basura que hay en la puerta, y no subir por el ascensor que es solo para los vecinos». Solo esperamos que el caprichoso vecino no tuviera su domicilio en el décimo piso, por el bien del sufrido repartidor.

El tweet se ha hecho viral y en menos de un día ya ha recibido 74.000 visualizaciones y casi 1.000 me gusta. Los comentarios de los internautas no se han hecho esperar y muchos han afeado la actitud del acomodado cliente con una significativa moraleja: nunca está de más tener contento al repartidor que te trae la comida al hogar. Y es que no olvidemos que es es él quien tiene la última palabra sobre esa pizza cuatro quesos tan crujiente que triunfa en casa o el arroz frito tres delicias tan solicitado por los niños. No sea que casualmente no venga en óptimas condiciones…