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España suma desde ayer 1.000 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, año en que se abrió el registro oficial, tras la muerte de una joven de 29 años en la localidad valenciana de Alboraya. Su cadáver fue localizado en la ... vivienda en la que residía, en el barrio de Port Saplaya, con signos de violencia por arma blanca. Fuentes municipales detallaron que la víctima bien podría llevar muerta varias horas, posiblemente desde la noche del domingo.
La pareja de la víctima, un hombre de 48 años, falleció ayer después de lanzarse al vacío desde el balcón de la casa, en el momento en que un equipo de salvamento intentaba penetrar en la vivienda. Las mismas fuentes confirmaron que el agresor presentaba «autolesiones» en la muñeca y que, al parecer, se habría clavado un cuchillo en el pecho antes de saltar.
La tragedia pudo comenzar, por lo que parece, la noche anterior, pero no se sospechó de nada hasta que se vio que la mujer no había acudido a la horchatería en la que trabajaba. La ausencia preocupó a la madre y a la jefa de la víctima. Como llevaban varios días sin saber de ella, acudieron a la comisaría de la Policía Local. Era tarde.
Los agentes se presentaron rápidamente en la vivienda y al ver que nadie respondía al timbre, llamaron a los bomberos. En el momento en que intentaron entrar, el hombre, que según los testigos del suceso «parecía mareado o desorientado», se lanzó desde el balcón de un quinto piso y se estrelló contra el suelo. El equipo de rescate comprobó entonces que el cuerpo sin vida de la mujer estaba ya rígido, lo que lleva a pensar que llevaba «ocho o nueve horas», muerta.
El Ayuntamiento, según informó su alcalde, Miguel Chavarría, tuvo que enviar al lugar al equipo municipal de psicólogos para atender a la madre de la joven, alguien «muy conocida» en la localidad, y a otras personas cercanas a la víctima. Chavarría confirmó que se trataba de un nuevo crimen de violencia machista, pero detalló que la joven y el presunto criminal eran pareja desde hace tiempo y que «no había denuncias anteriores por malos tratos».
Los dos cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde se les practicará la correspondiente autopsia para determinar las causas exactas de la muerte. Los hechos, que están siendo investigados por la Guardia Civil, provocaron una ola de condenas y reacciones políticas, desde el Ayuntamiento de la localidad, que decidió suspender la fiesta tradicional de Alboraya, La Festa Dels Peixets, hasta la Generalitat.
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