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Madelin Lagos y Hamza Mahily cruzan un puente en Errenteria. Lobo Altuna
«Dejar tu país es duro y te sientes muy solo»
Trapezistak

«Dejar tu país es duro y te sientes muy solo»

El programa del Gobierno Vasco ofrece ayuda a centenares de jóvenes que, como Madelin y Hamza, han salido de su hogar «en busca de oportunidades»

Macarena Tejada

San Sebastián

Martes, 17 de octubre 2023, 02:00

Era 2019 cuando Hamza Mahily dejó Marruecos, el país que le vio nacer y donde estudiaba Derecho, «en busca de un futuro mejor». Voló desde Casablanca hasta Turquía, pero lejos de lo que esperaba, no encontró ninguna oportunidad laboral allí. Con apenas 21 años –ahora tiene 25–, cogió la mochila y junto con otros dos amigos empezó a caminar hasta llegar a Italia. De ahí, a Francia. Después, a Almería, donde tenía un conocido. Y, finalmente, en abril de 2022, a Gipuzkoa. «Ha sido muy duro. Hasta llegar a Euskadi dormí en la calle, donde me he cruzado con personas de todo tipo, lo he pasado muy mal», admite este joven, que hace ya ocho meses que vive en casa de Iñigo, un pasaitarra que, a través del programa Trapezistak del Gobierno Vasco –que acompaña en su tránsito a la edad adulta a centenares de jóvenes entre 18 y 25 años sin red de apoyo social o familiar–, le ha dado hospedaje en su hogar, donde Hamza se siente «muy agradecido y feliz».

Durante la ruta migratoria, este joven que dejó todo atrás en busca de una mejor vida se ha sentido «muy perdido y solo. Me miraban mal solo por ser marroquí», reflexiona. Hasta hace poco, no podía hacer videollamadas con su madre porque su cara hablaba por él. «No quería que se preocupara por mí y sabía que aunque le dijera que estaba bien, si me veía iba a saber que era mentira», admite. Desde que tiene el apoyo de Cáritas Gipuzkoa y de los profesionales de Trapezistak, se comunica con ella «sin preocupación alguna». Estudia soldadura para poder encontrar un trabajado en Gipuzkoa y, así, regularizar su situación. Mientras tanto, realiza diferentes voluntariados, como las clases de taekwondo en el polideportivo de Manteo. «En mi país competí, tenía muchos diplomas por ganar diferentes torneos y también era profesor», explica con una gran sonrisa. Impartir clases de forma oficial y no dentro del programa de voluntariado es uno de los deseos que quiere cumplir una vez obtenga los papeles, además de «ir a visitar a la familia a Marruecos. Cuatro años es mucho tiempo sin verles».

«Hasta llegar a Euskadi dormí en la calle. Ahora vivo con un chico de Pasaia y me siento muy agradecido y feliz»

Hamza Mahily

Marruecos

Los sueños de Madelin Lagos, hondureña de 21 años que también es usuaria del programa Trapezistak puesto en marcha por el departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, son muy similares a los de Hamza. «En cuanto pueda, quiero ir a ver a mi familia, empezar a trabajar para ahorrar y enviarles dinero y también terminar los estudios de Odontología que empecé en mi país», dice. En caso de que acceder a la universidad no le sea posible, por el motivo que sea, tiene 'plan B': ser azafata de vuelo.

Para salir adelante cuando uno deja su país solo y tan jovencito es esencial «no rendirse nunca y buscar todas las posibilidades que estén al alcance para salir adelante», señala Madelin. Es lo que ella hizo cuando llegó a Donostia, animada por su hermano, tras la pandemia. «Compré un billete y me vine, pensando que aquí todo iba a ser más fácil, que iba a encontrar trabajo pronto. Pero no fue así. Me he sentido muy sola durante mucho tiempo, sin saber a dónde acudir, hasta que di con la asociación Peñascal», explica.

«Compré un billete y me vine pensando que aquí todo iba a ser más fácil, que iba a encontrar trabajo, pero no fue así»

Madelin Lagos

Honduras

Trabajó como «interna» en casa de una persona mayor, pero cuando esta murió se quedó sin empleo y sin hogar. La familia de la mujer que cuidaba le dejó quedarse en su casa «un tiempo», hasta ponerse en contacto con los servicios sociales de Errenteria, donde reside ahora. Después de varios trabajos cuidando tanto a niños como a mayores, ahora vive en un piso alquilado «gracias a la ayuda de alquiler» de Trapezistak. Además, va a empezar a estudiar un curso sociosanitario para formarse y lograr, además de un trabajo estable, regular su situación.

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