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Una dermatóloga vasca, sobre las consecuencias de abusar de las manicuras: «Hay que espaciarlas al máximo»

Una dermatóloga vasca, sobre las consecuencias de abusar de las manicuras: «Hay que espaciarlas al máximo»

Leire Barrutia asegura que los hábitos cosméticos influyen de forma decisiva y que pueden debilitar considerablemente la estructura de la uña

L. G.

Lunes, 7 de abril 2025, 10:56

Las uñas frágiles o quebradizas son una consulta habitual en las consultas dermatológicas. La doctora vasca Leire Barrutia, especialista en Dermatología, explica que lo primero que debe hacerse es identificar la causa y el tipo de alteración que presenta la uña, ya que no todas las uñas frágiles son iguales. Entre los tipos más frecuentes, Leire Barrutia señala la onicorexis, que se manifiesta en forma de fisuras o líneas longitudinales de mayor o menor profundidad, y la onicosquicia lamelar, caracterizada por una descamación y rotura más parcial, especialmente en el borde distal de la uña.

Según la dermatóloga, estas alteraciones pueden deberse a múltiples factores. En el caso de la onicosquicia, una de las causas más habituales es el lavado excesivo de manos, especialmente en personas cuyo trabajo implica contacto frecuente con agua o productos de limpieza. Sin embargo, ambas alteraciones también pueden estar relacionadas con enfermedades dermatológicas como la psoriasis o el líquen plano, e incluso con déficits nutricionales, por lo que resulta esencial valorar el estado general de salud. También los hábitos cosméticos influyen de forma decisiva: manicuras semipermanentes o acrílicas realizadas con demasiada frecuencia pueden debilitar considerablemente la estructura de la uña.

Ante cualquier sospecha, la dermatóloga Barrutia recomienda acudir a consulta para descartar la presencia de enfermedades de base. Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento debe enfocarse en modificar los hábitos agresivos, especialmente reduciendo la frecuencia de manicuras agresivas, y en potenciar la hidratación. «Hidratar las manos y uñas tras cada lavado es fundamental», afirma Barrutia, quien además sugiere aplicar ácido glicólico en las uñas cada noche para mejorar la captación de agua, seguido de una capa de vaselina o un bálsamo reparador para potenciar el efecto hidratante.

Respecto a los suplementos nutricionales, aunque los estudios existentes presentan limitaciones, la dermatóloga apunta que corregir niveles bajos de hierro puede ser beneficioso si existe una ferritina disminuida. También menciona el colágeno hidrolizado como apoyo potencial, y destaca que la biotina, aunque controvertida en otros ámbitos como el cuidado capilar, muestra cierta evidencia en el fortalecimiento de las uñas. Eso sí, advierte de que su consumo puede alterar algunos análisis de sangre, por lo que siempre debe informarse al médico si se está tomando.

Esmaltes regeneradores para las uñas

Para la dermatóloga vasca, los esmaltes regeneradores específicos también pueden ser aliados en la recuperación de la uña, aunque recalca que la mejoría es lenta y requiere paciencia. «Debemos ser constantes durante al menos seis meses, e idealmente entre seis meses y un año, para empezar a notar cambios», explica. Si a pesar de todas estas medidas no se observa mejora o se produce un empeoramiento, la especialista insiste en que debe consultarse de nuevo al dermatólogo para valorar otras posibles causas.

La dermatóloga afirma que la salud de las uñas depende tanto de un diagnóstico adecuado como de la modificación de rutinas cotidianas y de tratamientos que requieren tiempo y constancia. «La mejoría en las uñas es todavía más lenta que en la piel, así que la paciencia será nuestra mejor aliada», concluye la doctora Barrutia.

Recomendaciones de la dermatóloga Leire Barrutia:

  • Consultar al dermatólogo: «Antes de iniciar cualquier tratamiento casero, es fundamental descartar enfermedades subyacentes que puedan estar afectando la salud de nuestras uñas».

  • Reducir manicuras agresivas: «Debemos espaciar al máximo las manicuras semipermanentes o acrílicas, y optar por su uso solo en ocasiones puntuales», aconseja.

  • Hidratación intensiva: «Es esencial hidratar manos y uñas cada vez que nos lavemos. Además, aplicar productos específicos como ácido glicólico por la noche, seguido de una capa de vaselina o bálsamo reparador, puede mejorar la retención de agua en la uña».

  • Apoyo nutricional adecuado: Aunque los estudios aún son limitados, Barrutia menciona tres posibles ayudas: «Hierro (en caso de ferritina baja), colágeno hidrolizado y biotina, aunque esta última debe tomarse con precaución porque puede alterar resultados de laboratorio. Es imprescindible comentarlo con vuestro médico si la estáis tomando».

  • Uso de esmaltes regeneradores: Estos productos pueden reforzar las uñas, pero requieren «mucha paciencia. Se necesitan al menos entre seis meses y un año de aplicación constante para empezar a notar resultados», subraya la dermatóloga.

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