Un gran desprendimiento de piedras mantendrá cerrado al menos dos semanas el paso fronterizo de Portalet, en el Pirineo aragonés, entre Huesca y Francia. Según ha informado el departamento de Pirineos Atlánticos los trabajos para la retirada de las rocas y el acondicionamiento de la zona podrían durar quince días, incluso alargarse un mes, según apuntan medios locales. El lugar del derrumbe, muy cercano a Formigal y Sallent de Gállego, es una zona muy frecuentada por guipuzcoanos durante los periodos vacacionales o fines de semana para disfrutar de la naturaleza al otro lado de los Pirineos.
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El desprendimiento se produjo el pasado miércoles a las 20.00 horas. En ese momento, grandes bloques de piedras, «algunas del tamaño de un coche», según detalla Heraldo de Aragón, cayeron sobre la carretera departamental RD-934, a unos 3 kilómetros de la frontera en sentido Francia. «Se calcula que pudieron liberarse unos 15.000 metros cúbicos» de piedra, según informa este medio. A pesar de la espectacularidad del suceso, no ha habido que lamentar heridos ya que en el momento del derrumbe no pasaba ningún vehículo por el lugar.
Tras recibir el aviso, varias dotaciones de los servicios de bomberos y emergencias se trasladaron al lugar para asegurar la zona. El jueves, técnicos franceses hicieron una valoración de los daños causados y los trabajos a realizar para estabilizar la ladera y reparar el firme. Con este primer informe, desde el departamento de Pirineos Atlánticos se comunicó el cierre de carretera RD-934 entre Portalet y Pont de Camps «al menos dos semanas», un plazo que «podría prolongarse» debido a la inestabilidad del terreno, donde recuerdan ya se han producido desprendimientos anteriormente. Por eso, el paso por la zona está prohibida a todo tipo de vehículos y también para los peatones.
Para que se hagan a la idea de lo que supone esta incidencia de tráfico en términos de tiempo, si usted está durmiendo en Formigal y quiere cruzar al otro lado para conocer el tren turístico de Artouste o visitar los lagos de Ayous, deberá bajar ahora a Jaca, subir por Canfranc al col de Somport, bajar por el valle de Aspe y pasar al de Ossau por el col de Marie-Blanque para subir después hacia España. Una odisea de dos horas y cuarenta minutos para recorrer 163 kilómetros en lugar de los 19 kilómetros y 25 minutos que se tardan en situaciones normales, con la carretera abierta.
Y un último apunte para los aficionados al ciclismo porque el recorrido de la Quebrantahuesos pasa por esta carretera, por lo que de prolongarse los trabajos de reparación del firme más allá del 17 de junio -fecha en la que se celebra la prueba- la organización tendría que pensar en un plan alternativo.
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