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«Mi hijo es un chaval alegre al que le encanta el deporte y disfrutar de la vida, pero me duele reconocer que la sociedad no se lo pone nada fácil». Josune Huerta, madre guipuzcoana de 48 años, se expresa con estas palabras cuando se ... refiere a su hijo adolescente, que tiene un Grado II severo de TEA y un 68% de minusvalía. «¿Qué sabe mi hijo de sexualidad? Lo que le hemos podido enseñar mi hermano y yo», reconoce Josune. El joven, criado en los últimos años en el seno de una familia monomarental, «tiene sus inquietudes respecto a la sexualidad y, además, la sociedad debe ser consciente de que su cerebro funciona de un modo totalmente distinto al de un neurotípico -alguien que se ajusta a las patrones estándar de la sociedad-. El problema es que siendo un adolescente le siguen tratando como a un niño pequeño, y le ocultan, por miedo, la información sobre la educación sexual».
A Josune no le cuesta admitir que se ha sentido «algo abandonada por las administraciones públicas en la educación de mi hijo. No solo en la sexual, si no en todo lo demás», resalta. «Me he tenido que buscar la vida yo sola en tantas cosas para que no le faltara de nada, que... En fin. Es agotador, pero por mi hijo haría lo que fuera», subraya. Cuando su chaval cumplió los 15 años ella se empezó a interesar más por sus inquietudes sexuales, por su orientación, por cómo vivía él su sexualidad... «Hablé con sus profesores y les pregunté a ver si tenían algún material para ir formándole en sexualidad», cuenta Huerta. «Me dijeron que no tenían nada y que les daba mucha pena, porque les encantaría poder enseñar muchas cosas sobre sexualidad, pero que ni tenían formación ni tenían material».
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Eneko P. Carrasco
Cuando Vanesa Lancha contactó con Josune, a esta última se le abrió el cielo. «Pensé que por fin alguien me iba a dar unas nociones para poder hablar con mi hijo y ayudarle con su sexualidad», relata. La tesis de Lancha es «absolutamente brillante y emocionante», asegura Huerta, quien indica que «entrevistarme con ella me hizo replantearme muchas cosas y contar con enfoques distintos que me ayudaron mucho».
Criar y educar sola a un hijo «es una tarea enorme que te genera una presión muy grande, pero por un hijo haces lo que haga falta». Este es un mundo tan «complicado» para las personas con TEA y «hay tan pocas ayudas» que no le quedó otra «que sumergirme por mi cuenta en decenas de libros sobre autismo y neurociencia. Estaba obsesionada con comprender la forma de pensar de mi hijo», revela. Habla Josune sobre un chaval en plena adolescencia, «con lo que ello conlleva, la subida de hormonas... Está en la edad de la máxima expresión de la sexualidad, y él necesita una formación adaptada a sus características».
Algo tan simple como el mero hecho de la masturbación puede derivar en situaciones críticas cuando hablamos de personas con grados severos de autismo. «Yo sé que mi hijo ha estado indagando por su cuenta. Nosotros, mi hermano y yo, intentamos darle algunas pautas, pero incluso esta es una acción que presenta complicaciones a nivel de psicomotricidad», explica Josune. El no poder llevarla a cabo «genera frustración, tensión, nervios... Puede perjudicar a su salud mental. A nivel fisiológico existe una necesidad inherente al ser humano de liberar ciertas tensiones». Esta madre guipuzcoana se refiere «sin tapujos ni vergüenza» a un tema que sigue siendo tabú, «pero del que se debería hablar mucho más», remata.
En este sentido, en los últimos tiempos la figura de la profesión de la asistencia sexual ha ido ganando peso, a pesar de que en España es alegal por el momento -solo se puede ejercer de manera autónoma-. No se está hablando de la prostitución, «sino de una persona con formación y conocimientos que puede ayudar a personas como mi hijo a aprender a disfrutar de su sexualidad y a entenderla. Deberían legalizar esa profesión». Al joven en cuestión «le gusta Rosalía, como a cualquier otro chaval. Tras preguntarle supimos que es heterosexual, y entonces decidimos comprarle unas revistas de moda en las que salen mujeres, para que él también explore lo que tenga que explorar», apunta ella.
«Mi sueño es que mi hijo sea feliz y disfrute de la vida. Para eso, es indispensable que las administraciones le apoyen por el camino», señala con firmeza esta madre 'coraje' guipuzcoana.
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