Baikara exige aclarar la matriculación de los niños de la ikastola de Zarautz

Ahora, Baikara, la federación de AMPAs de la escuela pública de Gipuzkoa, ha solicitado al área que dirige Begoña Pedrosa una «reunión de carácter urgente» para convocar «una nueva comisión de garantías de este proceso de admisión» con el fin de aclarar «con precisión» cómo ha sido el proceso de matriculación de esos ocho niños que fueron inscritos en Salbatore Mitxelena a pesar de que no tenían sitio en esa ikastola. En conversación con este periódico, Baikara apunta que «este caso se ha cerrado en falso».

Si el pasado martes fue Jon Hernández, parlamentario de Sumar, quien denunció en la cámara vasca que «Educación ha permitido las irregularidades de este centro en el proceso de admisión en su afán de favorecer a la red privada-concertada», ahora es Baikara quien exige al Gobierno Vasco «que aclare, con detalle, cómo han sido los procesos de matriculación de esta ikastola en los cursos 23/24 y 24/25».

Para poner en contexto, cabe recordar que Educación había comunicado a estas familias en marzo de 2023 que sus hijos tenían plaza adjudicada en otros colegios de la localidad, en los que nunca se llegaron a presentar una vez iniciado el curso. En la ikastola de Zarautz no había plazas para ellos.

Según ha podido saber este periódico, los inspectores de Educación estudiaron este proceso de matriculación en Salbatore Mitxelena por primera vez entre octubre y noviembre de 2023. Tras estas visitas al centro, pasó cerca de año y medio hasta que el Gobierno Vasco hiciera pública la sanción en el Boletín Oficial del País Vasco a través de una disposición. Consultados por este caso en concreto, Educación se remite a «la tramitación del mismo a través del expediente sancionador».

Una vez que los inspectores comunicaron a Educación las irregularidades, se convocó una comisión de conciliación para mediar entre todas las partes. Según ha podido saber este medio, Inspección Educativa calificó en estas comisiones las citadas irregularidades como «muy graves». El asunto se cerró con la multa de 140.000 euros y la ikastola, que denunció en una rueda de prensa que era «una sanción injusta», abrió una cuenta corriente para hacer frente a este desembolso en la que las familias podían donar dinero «de forma voluntaria».