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El consejo de un experto sobre la crianza helicóptero: «La paradoja que hace más daño que bien»

El profesor Dan Bates explica que proteger excesivamente a los niños de las experiencias negativas les genera una baja tolerancia a la frustración

Martín Alberdi

San Sebastián

Lunes, 26 de agosto 2024, 19:29

La intención de los padres de proteger a sus hijos de las adversidades es loable, sin embargo cuando esta protección se vuelve excesiva, puede convertirse en un obstáculo para el desarrollo de habilidades fundamentales como la resiliencia y la autonomía, según explican los expertos. Un artículo reciente pone de manifiesto los riesgos de la conocida como «crianza helicóptero», un tipo de educación caracterizada por una sobreprotección y control excesivo, especialmente durante la transición de los niños a la edad adulta.

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«Vivimos en una era en la que el deseo de proteger es excesivo, se ha vuelto loco», afirma Dan Bates, consejero de salud mental. «Al intentar eliminar todos los obstáculos del camino de nuestros hijos, les estamos privando de la oportunidad de desarrollar habilidades cruciales para afrontar los desafíos de la vida», explica en un artículo publicado por la revista Psychology Today.

Con este estilo de educación parental, al proteger a los niños de cualquier tipo de dificultad, los padres les impiden aprender a resolver problemas, a tomar decisiones y a superar el fracaso. Estas experiencias son fundamentales para desarrollar la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarse a los cambios y superar las adversidades. «La clave no es eliminar la adversidad, sino permitir que los niños la enfrenten en un ambiente de apoyo», explica Bates, autor de numerosos libros sobre educación y salud mental. Los padres deben actuar como guías, acompañando a sus hijos en sus desafíos, pero sin resolver todos sus problemas por ellos, aconseja este profesor de la Truman State University de Estados Unidos.

Consejos de crianza

«Aceptar ver a nuestros hijos enfrentarse a dificultades puede resultar doloroso, pero es necesario para su desarrollo», reitera este especialista en educación. El motivo es que al permitir que experimenten cierto nivel de malestar, los niños aprenden a gestionar sus emociones y a desarrollar una mayor confianza en sí mismos. Además alerta de los datos que señalan que este estilo de crianza «han contribuido notablemente a las crecientes tasas de problemas de salud mental entre los jóvenes».

Para los padres que desean cambiar su estilo de crianza, el experto recomienda practicar el mindfulness y el autoconocimiento. También sugiere establecer límites claros, pedir ayuda cuando sea necesario y, sobre todo, aprender a aceptar la incertidumbre. Al permitir que nuestros hijos se enfrenten a desafíos y aprendan de sus errores, estamos fomentando su desarrollo emocional y preparándolos para un futuro más independiente y satisfactorio.

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