![Los tres colegios que se fusionan por falta de alumnos](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2023/05/26/83936422-U190483790723cJG--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
![Los tres colegios que se fusionan por falta de alumnos](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2023/05/26/83936422-U190483790723cJG--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Las cifras son implacables: los recién nacidos son escasos y en los últimos años cada vez más. En Gipuzkoa la natalidad descendió un 8,7% el año pasado con respecto a 2021, el doble de la media vasca, situada en un 4,5%, según los ... datos del Eustat. Son unos porcentajes que van en aumento en los últimos años y que no parece que se vayan a revertir a corto plazo, más cuando un tercio de los vascos de entre 15 y 29 años afirma no querer tener hijos en el futuro.
Las primeras consecuencias de esta falta de niños tienen su repercusión en los colegios. Si hasta ahora han podido ir sorteando la situación pese a la disminución de hasta 300 aulas de Infantil en los últimos diez cursos, la matriculación en 2023-24 para las aulas de dos años ha evidenciado que algunos centros escolares deben mover ficha. Es lo que han hecho tres centros donostiarras –Larramendi, Santa Teresa y Jesuitinas– de cara al próximo septiembre. Empezarán con la etapa de 0 a 3 años, que se impartirá en el colegio situado en el barrio de Igara. Las demás etapas irán sumándose progresivamente. Los protagonistas lo acogen «con ilusión» y como «una oportunidad», pero este primer caso muestra una realidad que cada vez será más habitual en Euskadi. El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ha advertido que la sobreoferta de plazas escolares en los próximos diez años «será evidente», por lo que aboga por acompañar a los colegios en los cambios con «un empuje fuerte y definido a la concentración de centros».
8,7%
bajó la natalidad en Gipuzkoa en 2022 con respecto al año anterior, un 4,5 en Euskadi
300 aulas
menos hay en Infantil en Gipuzkoa en los últimos diez años por la falta de niños
Garbiñe Moreno, Mari Fe Arruti y Jokin Guilisagasti son los directores de Santa Teresa Ikastetxea, Jesuitinas Donostia y Larramendi Ikastetxea, respectivamente. El jueves 11 de mayo comunicaron a trabajadores y familias «el bombazo» de una noticia que recibieron pocos días antes de lo que consideran «una decisión valiente» y que «abre la puerta a un futuro» que por separado veían complicado: «La realidad es que no hay niños, y sin niños, no hay colegios».
Defienden que su idea es dar forma a un «proyecto sólido» que se convierta en «un referente» en el barrio donostiarra del Antiguo. Guilisagasti aleja las dudas sobre un futuro macrocentro. «Los colegios juntos podemos ahora imaginar que el curso que viene tendremos dos líneas (clases), por separado teníamos el riesgo de no poder continuar. Esto nos ofrece esperanzas y da sentido al trabajo que tenemos por delante», explica.
Noticia Relacionada
Verónica Melo
Han visto cómo en los últimos años las gelas han ido mermando. De tener dos clases por curso en Secundaria a una en Infantil y Primaria. «Veíamos nosotros el problema, lo veían los profesores y también las familias», cuenta Moreno. «Se daban casos como que en un curso haya 16-18 niños y que sus hermanos mayores están en cursos de dos aulas con más de 25 alumnos».
Las titularidades de los tres colegios llevaban trabajando en la posibilidad de una anexión «desde hace tiempo». El proceso se ha acelerado tras los datos de la prematriculación de este año. «El 'timing' no era este, pero no hacerlo ahora podía poner en peligro la posibilidad de tener un proyecto en común en el futuro», explica el director de Larramendi. Pese a saber que es «bueno para todos», Arruti no esconde que «el sopetón fue grande» y que el anuncio lo vivió «con una mezcla de alegría-pena. Alegría porque hay un proyecto ilusionante por el que pelear, y pena porque te produce tristeza que se acabe donde estás y como lo conoces».
Los tres directores saben que tienen por delante «mucha tarea» para dar forma a este nuevo proyecto. Se han marcado como objetivo «otoño» para tener definido «todo el colegio». En septiembre empiezan los más pequeños, el curso 2024-25 se sumarán a las aulas de Santa Teresa los estudiantes de Infantil y Primaria, «y todavía está por ver cómo haremos un curso después el traslado de Secundaria y si se hará con Bachiller o habrá otro desarrollo formativo en alguna otra sede», añade Guilisagasti.
«Tenemos de bueno que somos centros muy similares en cuanto a filosofía», aprecia Moreno. «Queremos mantener la esencia que nos caracteriza, somos colegios con un espíritu familiar, y eso no va a cambiar. No se trata tanto de juntar piezas de un puzle como de crear algo nuevo y sumar fortalezas. Seguro que en algún punto nos tocará ceder a todos. Pero de eso se trata, de sumar lo mejor de cada uno».
Jokin Guilisagasti
Director de Larramendi Ikastetxea
Mari Fe Arruti
Directora de Jesuitinas Donostia
Garbiñe Moreno
Directora de Santa Teresa
«Lo bueno es que cada colegio hizo una apuesta diferenciada y de calidad en etapas diferentes», cuenta Guilisagasti. En Santa Teresa apostaron por darle una vuelta a Infantil, nosotros (Larramendi) por un proyecto pedagógico en Secundaria y Primaria, y Jesuitinas tiene el Bachillerato Internacional. Todos tenemos buenas cosas para hacer algo muy potente».
Pese a que transmiten ilusión, no pueden ocultar que las últimas jornadas han sido intensas intentando contestar a «todo lo que podemos y sabemos», dice Arruti. «Me preocupa ser capaz de escuchar bien para responder bien». Guilisagasti reconoce haber dormido poco los últimos días. «Tenemos buenos mimbres para hacerlo bien, pero también una gran responsabilidad para poder gestar un proyecto a la altura de todos».
Otra de sus grandes preocupaciones es saber cómo quedará el futuro laboral de sus compañeros. «En las fusiones ,uno más uno más uno no son tres», resume el director de Larramendi. «No sabemos todavía nada, ni de cómo van a quedar las cosas con nuestros compañeros ni de nuestro propio futuro. Está todo pendiente de definir», indica. «El personal era consciente de que la situación en los colegios se complicaba al no haber niños y la unión nos permite abrir posibilidades». Arruti comparte esa visión. «Sin este paso adelante la incertidumbre también estaba encima de la mesa y esto nos abre la mano a una continuidad».
Los tres han acordado ir de la mano en cuanto a los pasos a dar. Parece que llevan trabajando juntos toda la vida, y en realidad se han conocido a raíz de la fusión. «Habíamos coincidido en alguna reunión, conocíamos los colegios porque hay alumnos de Bachiller que van de uno a otro, poco más. Lo cierto es que nos complementamos bien», dice Moreno.
Desde que se hizo público que los tres colegios se fusionaban, sus directores han escuchado todo tipo de preguntas para las que «por el momento» no tienen respuesta. Queda por ver cuál será el nombre del colegio, «es parte del proceso», declaran. «Es normal que las familias tengan miles de preguntas», dice Moreno. «Desde si va a haber uniforme, cómo será el servicio de autobús, de comedor, cuántas horas de inglés se van a dar, si habrá ampliación de horario, cómo quedarán las extraescolares... Iremos contestando a medida que tengamos las cosas definidas», dice. Los tres se sonríen cuando recuerdan que «en todas» las preguntas ha salido «el tema de la Tamborrada, con qué traje vamos a salir. Se verá, eso también está en la agenda de temas pendientes».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.