El Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha dado este miércoles carácter de oficialidad a la decisión de fusionar los tres centros escolares donostiarras Santa Teresa, Larramendi Ikastetxea y Jesuitinas. Estos dos últimos, tal y como ya se sabía, se van a integrar en ... la estructura del primero. El anuncio ha sido publicado hoy en el Boletín Oficial del País Vasco, donde se ha resuelto a nombre de Jokin Bildarratz, el consejero del área de Educación, que «se autoriza al cese gradual de actividad de estos dos centros privados de Educación Infantil por integración en el centro Santa Teresa».
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La hoja de ruta para la integración de estos dos colegios, Jesuitinas y Larramendi, en la estructura del centro Santa Teresa ya está en marcha desde septiembre del año pasado. En el arranque del curso 23/24 -el actual- los dos colegios que se van a acoplar en la estructura de Santa Teresa han cesado sus actividades al primer Ciclo de Educación Infantil y al primer curso del Segundo Ciclo de Educación Infantil.
La fusión, como siempre en estos casos, debe ser gradual. El proceso constará de dos hitos más, que tendrán lugar en los dos próximos años. En septiembre de este año «se extinguirán las enseñanzas correspondientes a 2º y 3º curso del Segundo Ciclo de Educación Infantil, así como Educación primaria», y en septiembre de 2025 se llevará a cabo la «extinción de las enseñanzas correspondientes a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato».
Las cifras son implacables: los recién nacidos son escasos y en los últimos años cada vez más. En Gipuzkoa la natalidad descendió un 8,7% en 2022 con respecto a 2021, el doble de la media vasca, situada en un 4,5%, según los datos del Eustat.
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Las primeras consecuencias de esta falta de niños tienen su repercusión en los colegios. Si hasta ahora han podido ir sorteando la situación pese a la disminución de hasta 300 aulas de Infantil en los últimos diez cursos, la matriculación en 2023-24 para las aulas de dos años evidenció que algunos centros escolares debían mover ficha. Es lo que hicieron estos tres centros donostiarras -Larramendi, Santa Teresa y Jesuitinas-.
Los protagonistas hablaban hace unos meses con este periódico «con ilusión» y como «una oportunidad», pero este primer caso muestra una realidad que cada vez será más habitual en Euskadi. El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ya advirtió que la sobreoferta de plazas escolares en los próximos diez años «será evidente».
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Garbiñe Moreno, Mari Fe Arruti y Jokin Guilisagasti son los directores de Santa Teresa Ikastetxea, Jesuitinas Donostia y Larramendi Ikastetxea, respectivamente. Todos comentaban que esta decisión «abre la puerta a un futuro» que por separado veían complicado: «La realidad es que no hay niños, y sin niños, no hay colegios».
«Tenemos de bueno que somos centros muy similares en cuanto a filosofía», apreciaba Moreno. «Queremos mantener la esencia que nos caracteriza, somos colegios con un espíritu familiar, y eso no va a cambiar. No se trata tanto de juntar piezas de un puzle como de crear algo nuevo y sumar fortalezas. Seguro que en algún punto nos tocará ceder a todos. Pero de eso se trata, de sumar lo mejor de cada uno».
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