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El regreso a las clases presenciales de los alumnos de cuarto de la ESO, Bachillerato y Formación Profesional (FP) entre este próximo lunes, día 18, y el siguiente, 25, como propone el Gobierno Vasco no está tan cerca como parecía la semana pasada. Al rechazo de los sindicatos y de parte de la comunidad educativa se une que el Ejecutivo autonómico no tiene «todavía» el aval del Gobierno central para reabrir las aulas. El reinicio del curso está, por lo tanto, en el aire a tan solo cinco días de la fecha prevista.
Así lo reconoció este martes el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Josu Erkoreka, quien asumió que el Departamento de Educación carece de «base jurídica» para llevar adelante su idea, toda vez que la reapertura de los colegios no está contemplada entre las medidas de la fase 1 de la desescalada a nivel estatal.
Erkoreka apeló al pacto político que llevó al PNV a apoyar la última prórroga del estado de alarma y que, interpretó, ha «entablado una relación bilateral» entre los gobiernos vasco y central «en la búsqueda de espacios de cooperación, cogobernanza y codecisión» a la hora de afrontar el desconfinamiento. Bajo los parámetros de esa 'nueva relación', el portavoz urgió al Ejecutivo de Pedro Sánchez a «articular jurídicamente» el mecanismo que permita a Euskadi seguir adelante con su planteamiento lectivo y poder empezar las clases el lunes.
Erkoreka compareció ante los medios en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno Vasco, en la que también participaron las consejeras de Salud, Nekane Murga, y Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia. Esta última es, además, la persona comisionada por el lehendakari, Iñigo Urkullu, para coordinar la desescalada. Sobre la cuestión, Tapia apuntó que la apertura de los centros el lunes es «algo acordado» entre Vitoria y Madrid.
Pero esta afirmación no sirvió para despejar las dudas. Menos aún cuando a continuación Erkoreka reconoció que en el proceso de desescalada «no se contempla previsión alguna» que permita a Euskadi adoptar sus propias decisiones sin el consentimiento de Madrid, y que el Gobierno Vasco desconoce «cómo va articular» el central lo que denominó «un espacio autónomo» en el ámbito de la Educación, diferenciado del resto de comunidades.
Hay que recordar que bajo el estado de alarma cualquier decisión de una comunidad autónoma está supeditada al permiso del Gobierno central, aunque en circunstancias normales sea competente en la materia, como es el caso de la Educación en Euskadi. Y que en el conjunto de España el curso ha quedado suspendido y las clases no se retomarán hasta septiembre, si bien se permiten algunas excepciones: a partir del 25 de mayo se habilitarán las clases de la etapa infantil hasta los 6 años para niños cuyos progenitores tienen que realizar un trabajo presencial, y podrán asistir a clase de forma voluntaria y con un máximo de 15 estudiantes por aula los alumnos que terminan ciclo (4º de la ESO, 2º de Bachillerato y 2º de FP), así como los de Educación Especial.
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El planteamiento del Ejecutivo de Iñigo Urkullu para los alumnos vascos es muy diferente. El jueves pasado, la consejera Cristina Uriarte detalló que en Euskadi el curso seguiría para los mayores de 14 años y que este próximo lunes 18 de mayo volverían a clase los estudiantes de 2º de Bachillerato, los dos cursos de la FP Superior y 2º de los grados Medio y Básica también de la FP. Una semana después, el día 25, lo harían los chicos y chicas de 4º de ESO, 1º de Bachillerato y 1º de FP Grado Medio. El primer curso de la FP Básica comenzaría el 28, dejando sin clases presenciales hasta septiembre a los niños y niñas menores de 15 años.
Para enredar más el asunto, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, avisó de que las comunidades autónomas pueden modificar las condiciones generales del desconfinamiento a la baja, con medidas más restrictivas que las establecidas en el ordenamiento general, como ha hecho Euskadi en la fase 1 con la movilidad o las reuniones en domicilios. Pero no al revés, aprobando iniciativas más aperturistas como sería la vuelta a las aulas ahora.
El ministro respondía a una pregunta sobre las mayores restricciones en el País Vasco, y no se refirió en ningún momento a la propuesta en materia de Educación, pero su mensaje no pudo ser más claro.
Así las cosas, no está nada claro que el lunes se vaya a producir una vuelta de alumnos a sus clases. A la situación jurídica se une el rechazo de los sindicatos de la enseñanza a reabrir las aulas ahora al no ver garantizadas las condiciones sanitarias. También rechazan que, como plantea el Gobierno Vasco, sean los propios centros los que decidan cuándo vuelven a dar clase. El enfrentamiento con el Ejecutivo de Vitoria es tal que han pedido a las direcciones de colegios e institutos que rechacen la propuesta y este miércoles se manifestarán ante la sede del Ejecutivo en Bilbao.
A la posible vuelta al colegio se refirió también la responsable de Salud. Nekane Murga admitió que riesgo de contagio «va a haber siempre» mientras no haya vacuna, y dejó en manos de los padres «valorar individualmente si tienen algún motivo por el que creen que su hijo no debe acudir a clase», como convivir con una persona vulnerable. Un argumento que contrasta con lo que defiende Educación, que ayer mismo insistía en que la vuelta al colegio, si se produce, será obligatoria para quien el centro estime necesario, a diferencia de lo que sucederá en el resto de España en las excepciones establecidas, o en Francia, donde la vuelta a las clases es voluntaria. Murga defendió que la responsabilidad del Gobierno es «establecer las condiciones» para facilitar la vuelta y la de las familias «valorar los riesgos y los beneficios» de devolver a sus hijos a las aulas.
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