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Una alumna se desinfecta las manos con hidrogel antes del inicio de un examen el curso pasado. USOZ
Covid-19 Euskadi: Los padres temen que la jornada escolar continua dificulte la conciliación familiar

Los padres temen que la jornada escolar continua en la ESO dificulte la conciliación

El 95,4% de los institutos de Euskadi aplicará este curso el horario de mañana que el Departamento de Educación permite de forma excepcional debido a la crisis del Covid-19

Jueves, 20 de agosto 2020, 06:25

Después de más de tres meses de educación telemática y otros tres meses de vacaciones de verano, casi nadie pone en duda la necesidad de una vuelta al colegio presencial. Donde surgen discrepancias es en cómo debe desarrollarse. La escalada de los contagios complica ese retorno el día 7 de septiembre. El Departamento de Educación ha permitido de forma excepcional, debido a la crisis por el Covid-19, que los centros donde se imparte ESO puedan optar por la jornada continua de mañana en esos cursos, siempre manteniendo las 1.050 horas lectivas obligatorias, con 6 sesiones de clase, todas de igual duración, que como mínimo debe ser de 55 minutos cada una. Además, habrá uno o varios periodos de recreo que supondrán en total un mínimo de 30 minutos de descanso.

Hasta ahora la jornada continua en Euskadi solo se permitía en los centros de secundaria que ofrecen el programa Hauspoa, en el que participan medio centenar de institutos -que deben presentar un programa concreto para recibir el visto bueno-, y donde el horario es continuo y las tardes se dedican a clases no solo de refuerzo sino también tertulias, talleres de cocina, de baile o de tecnología, clases de idiomas... Según los datos ofrecidos por la consejera Cristina Uriarte el pasado martes, el 95,4% de los institutos públicos vascos han optado por esta modalidad.

Las asociaciones de padres y madres de alumnos de la escuela pública vasca, englobadas en Ehige, son críticas con la opción propuesta por Educación, como recogen en su página web, principalmente porque los centros en los que se opte por la jornada continua en los cursos de ESO no tendrán que ofrecer actividades voluntarias y gratuitas a su alumnado por la tarde como en el caso del programa Hauspoa.

Además de cuestionar la base jurídica de la decisión «porque en la normativa se explicita que el horario de Secundaria debe ser de mañana y tarde», Ehige considera que no hay razones pedagógicas que justifiquen que la jornada continua es mejor que la partida y que el alumnado más desfavorecido será el más afectado, ya que sus madres y padres no podrán ofrecerles actividades de calidad por la tarde. Además, recuerdan que cuando un centro quiere cambiar el horario tiene que consultar a todas las familias, que lógicamente se verán afectadas por el cambio. Con la decisión excepcional para este curso se ha permitido que no se realice dicha consulta.

Otro de los argumentos esgrimidos por la federación de ampas es que teniendo en cuenta el precedente del curso pasado, donde en los últimos meses la formación se desarrolló de forma íntegramente telemática, con las carencias que implica en algunas áreas, con esta modalidad se desaprovecha el horario escolar para recuperar las competencias no adquiridas durante el confinamiento. También temen que, al no tener clases por la tarde, se ponga en riesgo el comedor, un servicio considerado esencial para la conciliación de las familias y para ofrecer a los alumnos su derecho a la alimentación.

Para Ehige, existe el riesgo de que una decisión provisional de un año se instale de forma definitiva en los institutos, sin ningún debate en profundidad. «Los tiempos escolares exigen de un debate profundo que no se ha dado en nuestro sistema educativo. No podemos permitir que la crisis sanitaria recorte los derechos del alumnado a una educación de calidad».

En la red concertada no son tantos los centros que han optado por esta modalidad. Desde la Federación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos, -es decir de los colegios adscritos a Kristau Eskola-, su presidenta, Miriam González, habla de falta de información. «A día de hoy, concreto solo sabemos que el curso comienza el 7 de septiembre. No podemos organizarnos porque no sabemos cómo va a transcurrir el curso. Cómo vamos a conciliar, qué va a pasar con el comedor o con las clases particulares de inglés por ejemplo, que se dan al mediodía, son algunas de las preguntas que nos hacemos si se aplica en algunos centros la jornada de mañana continua».

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