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Más de 20.000 alumnos han accedido al sistema educativo vasco desde el arranque del curso 21/22 mediante la matrícula viva. Es decir, con ... el curso ya empezado, en un proceso de admisión fuera del plazo ordinario. Son, en su gran mayoría, menores de origen extranjero que llegan a Euskadi junto a sus familias en un contexto social en el que la presencia de la inmigración en las calles vascas se ha multiplicado en los últimos años. Así se desprende de una respuesta parlamentaria del departamento de Educación a Muriel Larrea, del PP, en la que detalla que entre los cursos 21/22 y 23/24 llegaron a las aulas vascas un total de 20.124 estudiantes, de los cuales 14.891 son extranjeros. O lo que es lo mismo, el 75% de los alumnos que entran con la matrícula viva son de fuera. Son tres de cada cuatro.
Begoña Pedrosa, la consejera de Educación, ya avisó en diciembre de que «vamos a ser más diversos que nunca». Lo hizo en una comisión parlamentaria en la que confirmó que la diversidad en las clases de los centros educativos vascos está experimentando un progreso imparable y que el mismo «va a enriquecer a nuestra sociedad, es algo de lo que no tengo ninguna duda». En aquella comparecencia la máxima responsable del área avanzó que, en ese mes de diciembre, ya eran cerca de 5.000 los niños que habían accedido al sistema educativo vasco mediante la matrícula viva en este curso 24/25. Cabe esperar que esa cifra haya aumentado en estos últimos cuatro meses.
La mandataria no entró en aclaraciones sobre en qué modelo se han matriculado estos alumnos (A, B o D) recién llegados o en qué red educativa se han apuntado –pública o concertada–, aunque esta última información ya la facilitó el exdirector del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI), Eduardo Ubieta, en la última edición de los Cursos de Verano de la UPV/EHU, en la que expuso que el 60% del alumnado de matrícula viva aterriza en la red pública, y el 40%, en la concertada.
El mecanismo de la matrícula viva se activó a partir del curso 23/24, tras las modificaciones que efectuó el departamento de Educación en el proceso de matriculación en 2023, meses antes de aprobar la nueva Ley vasca de Educación. Así, en cada colegio se dejan plazas libres que se destinan a la incorporación de escolares que van matriculándose a lo largo del curso. Dejar plazas vacantes en cada uno de los centros, apuntan desde Educación, «asegura un reparto equitativo de estos alumnos en los diferentes centros y se evita que se concentren en unos pocos colegios».
Es innegable que las aulas vascas han experimentado una palpable revolución morfológica en las dos últimas décadas, atendiendo al perfil de los alumnos que las componen. El cada vez mayor peso del colectivo extranjero en las calles del País Vasco ha calado hondo en el sistema educativo de Euskadi, en el que la presencia del alumnado migrante u origen migrante se ha disparado en los últimos años (más del 15% no son autóctonos), especialmente en los colegios de la red pública, que es la que acoge en su mayoría a este colectivo de menores.
La presencia del alumnado extranjero en las aulas vascas ha crecido de manera notoria. El salto más grande se ha dado en Educación Infantil (0-6 años), donde han pasado en 2015 de ser 1.601 niños de origen migrante a los 11.095 de 2023, atendiendo a los últimos datos oficiales publicados por el departamento vasco de Educación. Es una subida porcentual muy exagerada que ronda el 700%. Esta notoria subida contrasta, además, con la drástica bajada de niños autóctonos en la etapa Infantil en el mismo periodo de tiempo, pasando de los 78.347 en 2015 a los 57.793 en el curso 22/23.
Además, el peso que soporta la escuela pública para educar a los niños de origen extranjero es mayor que el que aguanta la concertada. Lo dicen los datos que aporta el Gobierno Vasco en el Diagnóstico del Sistema Educativo 2023, en los que se observa que en el curso 22/23 –último con cifras oficiales– el 22,4% de los alumnos de la pública eran extranjeros, más del doble que los matriculados en la concertada –9,6%–. Es una diferencia similar a la que se da en Primaria –22,5% contra 9,1%–. En el año 2015 la diferencia porcentual era de seis puntos. En Secundaria también hay una mayor presencia de alumnos extranjeros en la red pública –16,1%– que en la privada –10,2%–, pero la brecha ya no es tan grande como en las otras etapas.
Las notables diferencias entre ambas redes no hacen más que reflejar una de las realidades más duras de asimilar del sistema educativo vasco: la segregación escolar por origen migrante. El País Vasco es, junto a Cataluña, la autonomía que más segrega estudiantes por su lugar de nacimiento en todo el Estado, con el riesgo que ello conlleva de propiciar las conocidas como 'escuelas gueto' –centros escolares con mayoría de alumnado vulnerable–. Los datos están en manos del departamento de Educación, que recientemente anunció una nueva estrategia de integración de centros –según los sindicatos del gremio, un cierre encubierto de colegios– «para combatir la segregación escolar y fortalecer la cohesión social», aseguraron en noviembre.
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