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La solución que proponen desde la UPV a los estudiantes y personal guipuzcoano del campus de Leioa en Bizkaia es que se asocien si quieren tener una línea de autobús diaria Donostia-Leioa y que sean ellos mismos quienes gestionen el servicio, que contaría con ... subvenciones de la Diputación de Gipuzkoa. Es decir, resucitar la extinta 'Bidaitxungo'. En la actualidad no existe una línea directa de autobús desde la capital guipuzcoana con el campus de la UPV en Leioa, lo que obliga a quienes no tienen la oportunidad de alquilar un piso por la zona, o bien a utilizar un vehículo propio o a emplear hasta más de 4 horas diarias, con el consiguiente madrugón, en llegar a su facultad.
Desde el vicerrectorado del campus vizcaíno se han remitido un total de 1.430 cartas a quienes estudian o trabajan en el campus de Leioa y están empadronados en Donostialdea para darles a conocer cuál es el estado de las conversaciones entre «los responsables de movilidad del vicerectorado y los de la Diputación foral de Gipuzkoa» en torno a la puesta en marcha de un futuro servicio público entre San Sebastián y el campus vizcaíno. Así, 1.200 alumnos, 200 docentes y una treintena de administrativos están invitados a crear una asociación sin ánimo de lucro que se encargaría de contratar los servicios de una empresa de transporte privada para que el autobús Donostia-Leioa fuera una realidad.
En la misiva explica, a su vez, que la Diputación de Gipuzkoa apoyaría económicamente esta solución. «Aportaría a la asociación una cantidad suficiente para que cada persona pague solo 5 euros por viaje (ida y vuelta: 10 euros)». Pero hay unas condiciones «para que la gestión (de la asociación) y el coste (para la Diputación) de este proyecto sean sostenibles». Así, el pago de la cuota «no dependería del número de viajes que realicen», sino que se exigiría a los socios «el compromiso» de abonar cinco desplazamientos semanales, con lo que el coste mensual para cada socio será aproximadamente «de 200 euros mensuales».
En Lurraldebus en el futuro
En la carta se apunta que «a medio-largo plazo» el objetivo es integrar este servicio en las rutas ordinarias de Lurraldebus, para el que se adaptarían «las frecuencias y horarios a las necesidades del alumnado y del personal». Pero esta posibilidad se vislumbra que tardará en llegar. «El proceso será largo», reconoce la Universidad en el texto, por lo que la mejor manera para acelerar su puesta en marcha sería constituirse «primero en una asociación sin ánimo de lucro. Después contrataríamos el servicio de la empresa de transporte que nos haga la oferta más atractiva. Y cada mes, la Diputación devolvería una parte del coste (la diferencia para que cada viaje suponga 5 euros para socio) a la asociación y la asociación a cada socio».
Además, entre los futuros socios deberían concretarse los horarios y paradas. En una idea inicial, habría tres paradas: «La estación de autobuses de Donostia, Aritzeta y la rotonda de bomberos de Zarautz». Los horarios, por su parte, dependerán «totalmente del número de personas y de sus necesidades». Cuantas más personas interesadas haya, más posibilidades habrá de poner más de un autobús diario. «Si somos más, en lugar de un autobús grande, tendríamos la posibilidad de contratar autobuses más pequeños con horarios diferentes», razona la carta. Aunque ya deja claro que esta alternativa no aumentaría la cuota mensual. «Independientemente de que se llenen los autobuses o no al 100%, el precio para los socios no variará: 5 euros por viaje».
Dudas
La invitación para constituir una asociación de usuarios que gestione una línea directa entre Donostia y el campus de la UPV ha causado malestar entre quienes han recibido la carta, ya que no entienden por qué para un servicio de carácter público «y para llegar a una universidad pública» se ha de poner en marcha «una iniciativa privada, sin ánimo de lucro, pero privada», señalan a este periódico.
El listado de interrogantes a la hora de crear una asociación a la que están invitadas cerca de 1.500 personas es largo. «Gestionamos nosotros, pero con ese volumen de personas, ¿quién se hace cargo de organizar autobuses y frecuencias? ¿Quién atiende a las personas que quieran resolver dudas? ¿Quién negocia con las empresas del sector? ¿Quién adelanta el dinero para las empresas hasta que lleguen las ayudas? ¿Qué ocurre si hay un impago? ¿Quién responde?...».
A todas esas preguntas al aire se suma la indignación de tener la sensación de que lo que venga «tardará porque poner en marcha todo esto no es sencillo», se lamentan. «Somos estudiantes o trabajadores, sabemos de estudiar o de dar clase, no de gestionar una línea de autobuses. Hay empresas que se dedican a esto con personal formado. No nos darán las horas del día si la iniciativa coge fuerza y hay mucha gente apuntada», comentan. «No se puede dar fuerza a un campus universitario público y no dar facilidades de acceso a los ciudadanos de todo el territorio en plena era de la movilidad sostenible», añaden.
En la actualidad, un grupo de profesores de la zona del Urola y Bajo Deba han constituido una asociación, Zistu, que tiene un autobús diario a los centros universitarios vizcaínos y da servicio a estudiantes y personal. Hay apuntadas 43 personas, el 80% estudiantes, y tienen un servicio de ida a las 7.00 horas y dos de vuelta a las 15.00 y a las 18.00.
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