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Estado en el que quedó el paquete en el buzón. X (TWITTER)
La surrealista entrega de un repartidor con pocas ganas de trabajar

La surrealista entrega de un repartidor con pocas ganas de trabajar

El internauta Jorge Naranjo ha compartido su negativa experiencia con un transportista que introdujo un libro en su buzón para no tener que encontrarse con él

Xabier Garate

San Sebastián

Martes, 30 de enero 2024, 13:11

Repartir paquetes puede convertirse en una profesión de riesgo. Y no precisamente para el propio trabajador, sino para ese usuario que anticipa metódicamente el pago por internet -gastos de envío incluidos- para recibir el producto final en su hogar y en unas condiciones óptimas. Eso en el mejor de los casos, porque la entrega no siempre llega en los plazos señalados y, peor aún, puede acabar con el artículo muy deteriorado (embalaje aparte). Y si a ello se le une la desidia y la desgana del repartidor de turno...

Esto es lo que le sucedió recientemente a Jorge Naranjo, un usuario de X (antigua Twitter) que realizó una compra en una popular plataforma de comercio online. El internauta procedió al pago solicitado correctamente, gastos de envío incluidos, y la entrega del paquete no se hizo esperar: al cabo de unos días el repartidor de turno se acercó a su domicilio y realizó la correspondiente entrega: era un libro ('La escucha actual'). Este simple reparto hubiera pasado de lo más desapercibido si no fuera por el escaso tacto que mostró el transportista en el momento de la entrega.

Un repartidor cabezota

Como suele ser habitual, el repartidor se acercó al portal y llamó al telefonillo de la vivienda. «¿Hola? Soy el de Amazon», comunicó. Jorge Naranjo abrió, a la espera de que el mensajero subiera y se lo entregara en mano. Pero no, el repartidor no tenía ninguna intención de moverse. «¿Te lo dejo en el buzón? CABE», afirmó, rotundo. Él se negó: «No, si estoy en casa», respondió, dejando claras sus intenciones. Pero dio igual. El transportista debía tener prisa o quizá claustrofobia por tener que subir en ascensor, así que… no vaciló: «Te lo dejo ahí, que cabe».

El propio Jorge Naranjo no daba crédito, sorprendido por la cabezonería del repartidor, pero insistió: «No, además salgo ya», le explicó, confiando en que reculara en su inflexible postura. Pero estaba equivocado porque ni bajando él mismo a por el paquete lo iba a convencer. «Si no quieres subir, bajo y nos vemos a mitad de camino», le llegó a sugerir, sin suerte. El terco repartidor no parecía querer encontrarse con el propietario, de ahí que hizo lo que le vino en gana y cerró el intercambio a su gusto: «Ya está dentro».

El libro, en el buzón... totalmente doblado

Lo surrealista del asunto no fueron las formas del repartidor, sino lo que se encontró el propio Jorge Naranjo cuando bajó a recoger el libro. Sí, el transportista tenía razón: el paquete cabía en el buzón…pero hasta cierto punto. Así, se encontró con un libro doblado, marcado por la mitad y bastante deteriorado… y todo por las pocas ganas de trabajar del repartidor de turno.

Es por ello que el usuario no dudó en hacer público su caso en internet. Lo hizo en X (antigua Twitter), donde su queja se ha hecho viral. Los números no engañan y dan buena cuenta de la repercusión que ha generado en redes sociales: en menos de una semana ya ha recibido 1,6 millones de reproducciones, 10.000 'me gusta' y más de mil respuestas de usuarios que también se han visto identificados con este pequeño incidente.

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