Hacer desaparecer el tren del centro de las ciudades no parece una tarea fácil, pero desde luego tampoco es barata. El último susto se lo han llevado en Vitoria, donde el coste del proyecto del soterramiento del tren de alta velocidad, 872,26 millones de euros, ha disparado las alarmas en el Ayuntamiento, el más interesado en que el plan se lleve a cabo porque la obra servirá para urbanizar otro Ensanche en la capital alavesa y parte de la inversión corre a cargo de las arcas municipales. Es, por ahora, el proyecto de entrada en las capitales vascas más caro de los tres previstos para que el TAV llegue hasta el corazón de Vitoria, Bilbao y San Sebastián. Una obra muy ambiciosa que supera en coste a la de Bilbao, estimada en unos 730 millones, y con mucho a la de San Sebastián, que no llegará a los 100 millones, dado que el tren no llegará soterrado a la estación de Atotxa.
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El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, reaccionó ayer con sorpresa ante la elevada cifra del proyecto que costeará el Ministerio de Fomento. Son 150 millones más que la estimación hecha hace seis meses, durante una visita en enero del ministro de Fomento a la capital alavesa en la que esta entrada del TAV en Vitoria se tasó en 724 millones. El regidor, que al parecer desconocía la nueva cantidad, pidió ayer explicaciones a los responsables del Gobierno central. «No entendemos que se aportaran unas cifras en enero y en apenas unos meses se haya producido semejante incremento», señaló tras declararse «muy preocupado» con este aumento presupuestario.
El estudio informativo del proyecto, una extensa memoria de centenares de páginas y gráficos que aborda todos sus detalles y que pone en marcha los trámites administrativos para la contratación de las obras, fue publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado. Dicho proyecto contenía dos novedades respecto a lo ya sabido. Una, la elección de la alternativa más alejada del barrio de Salburua para unir el trazado soterrado con la Y vasca, de manera que afecte lo menos posible a los humedales que hay en esa zona. Y dos, el coste final de la solución completa, que viene desglosado pero no 'explicado' en la memoria. «Queremos saber cuáles son los motivos que hay detrás de esta subida», apuntó el alcalde, quien sostuvo que, precisamente, el presupuesto se incrementa en aquellas partidas que compete costear preferentemente al Ayuntamiento, es decir, las relativas a la integración soterrada del ferrocarril en la ciudad y la nueva estación. Dos 'caprichos' que para Fomento no son necesarios en su compromiso de hacer llegar las vías de alta velocidad a la capital alavesa. Como ocurrió en Valladolid, éstas podían llegar en superficie a la estación existente.
«Debemos saber a qué responde este incremento para ver cómo podemos abordarlo, tendrán que dar respuesta a estas cuestiones que han variado sustancialmente», añadió el alcalde, quien detalló que la llegada del tren a Vitoria y la nueva estación se cofinanciarán al 50% por el Ministerio de Fomento, el 25% el Gobierno Vasco, el 15% el Ayuntamiento de Vitoria y el 10% por parte de la Diputación alavesa. Es decir, a la ciudad le correspondería abonar 130 millones de euros, una cantidad muy por encima de sus capacidades inversoras. Este año, con un presupuesto municipal de 373 millones -prorrogado de 2018 por la falta de apoyos-, el dinero destinado a inversiones fue de apenas 25.
En la memoria económica del plan se desglosa el coste en dos partes. Por un lado, la integración ferroviaria en la capital alavesa -un túnel de 3,6 kilómetros con todos los nuevos servicios, como la estación, el vial de tráfico subterráneo, etc- se estima en 582 millones de euros. Por otro, el nudo de Arkaute asciende aproximadamente a otros 250 millones. Lo llamativo del presupuesto es que la ejecución real de ambos tramos sale mucho más barata -unos 550 millones de euros en total-. El resto se irá en pagar el IVA -nada menos que 130 millones de euros; los imprevistos -un 10% del total, unos 48 millones-; unos gastos generales que ascienden a más de 70 millones y otros conceptos como las expropiaciones -3 millones- o el coste de control y vigilancia de los trabajos, que asciende a casi 30 millones de euros. Eso sin contar con el 1,5% de obligada contribución al patrimonio artístico español -el llamado porcentaje cultural-, que en este caso será un pellizco de más de 7 millones de euros.
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En todo caso, el compromiso de Vitoria con el plan soterrado sigue firme. «No entendemos de dónde viene la subida, pero le pedimos al Gobierno de Madrid que se haga lo posible para que esté listo en 2023», solicitó Urtaran. También reclamó a Fomento que trabaje ya en la redacción del proyecto constructivo.
La entrada del TAV en Vitoria dista mucho, en forma, tiempo y coste, del proyecto para Donostia. La nueva estación de Atotxa será la primera en edificarse. El proyecto constructivo está terminado a la espera de que Adif le dé el visto bueno. La estimación económica no llega a los 100 millones de euros, dado que la entrada no es soterrada. Y las obras comenzarán en próximos meses, una vez se licite y adjudique.
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