Los italianos Gregorio Furnari y Kublai charlan a la salida de la universidad. Virginia Carrasco

Los estudiantes ceban el boom del alquiler en Segovia

Los turistas y los acaudalados alumnos de un centro de élite hacen que los precios hayan subido un 93% en los últimos años

Sábado, 10 de agosto 2024, 13:04

En sus caminatas por la ciudad del acueducto, el poeta Antonio Machado, hombre de andares torpes a causas de sus pies planos, vagaba absorto en sus pensamientos. Hoy ese ensimismamiento sería difícil. Deambular por los altos de Segovia, el Alcázar, la catedral, la iglesia de San Esteban, y subir por la empinada calle Real obliga a un ejercicio de regateo de turistas y estudiantes, muchos estudiantes. ¿Quiénes son esos chavales aparentemente desaliñados pero que gastan ropas de diseño y toman un taxi al salir de clase? Son las huestes del selecto y populoso club que hinca los codos en el Instituto de Empresa University (IE), un centro universitario privado experto en formar a las élites del futuro y al que van muchos hijos de potentados de todo el mundo. Estos acaudalados vecinos, unos 2.500 matriculados el curso, contribuyen, junto a la turistificación rampante y la escasez de vivienda en una urbe que está declarada Patrimonio de la Humanidad, a hinchar una burbuja inmobiliaria que está dando lugar a que el arrendamiento de pisos en el casco histórico se haya convertido en una lucrativa actividad. No en balde, en los últimos años el precio de ser inquilino en el centro ha subido un 93%.

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«Piden piso con ascensor, cama grande, muebles funcionales y pagan lo que sea. Tengo una compañera a la que van echar de la casa y que la tenía alquilada desde hace 15 años porque a la dueña le renta más amueblarlo y sacar un dinero, que puede oscilar entre los 1.200 y los 2.000 euros al mes. He visto a los chicos en tiendas de electrodomésticos con sus padres y no reparan en gastos», dice Isabel, una mujer que pasea cerca del campus de la IE, situado en el antiguo convento de Santa Cruz la Real.

Según los datos del portal inmobiliario pisos.com, el precio del metro cuadrado terminó en 2023 en 9,3 euros, lo que supone un crecimiento interanual de más del 15%. «En la primera mitad del año hasta el verano la tendencia fue a la baja, pero a partir de agosto del año pasado se apreció una subida acelerada. En los primeros meses de 2024 se superó claramente el 20% interanual», apunta Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, quien destaca que el aumento medio en toda España se cifró en un 7,6%. De esta manera, Segovia se colocó en el grupo de cabeza de las urbes que han registrado incrementos más abultados, a la par que Madrid, algunas ciudades de la Comunidad Valenciana y Málaga.

«Tengo una amiga a la que amenazan con subir 300 euros de golpe y dice que se va a mudar», señala Teresa Peces, que cursa 1º de Diseño y vive en la ciudad. Los universitarios del Instituto de Empresa han de estudiar en Segovia si quieren terminar después el grado en Madrid, lo que garantiza un flujo constante de residentes en la urbe castellano-leonesa y alimenta la burbuja especulativa.

Las legiones estudiantiles no se limitan a los del IE University, que pagan una matrícula cercana a los 25.000 euros. A ellos se suman otros 2.500 alumnos de la Universidad de Valladolid, necesitados también de techo y cobijo, aunque claro está, estos no pagan los precios exorbitantes de la primera. Los cachorros del IE tienen no dudan de que están mal vistos por la población. «Nos odian», dice el italiano Gregorio Furnari, que cursa Inteligencia Artificial.

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Marta Rodrigues, de Portugal, y Mariana García, de Colombia, están en 2º de Arquitectura. Teresa Peces cursa Diseño en el IE de Segovia. Alejandro Llorente, también estudia Arquitectura. Virginia Carrasco

La razón de esta animadversión vecinal es que los estudiantes, y en esto no se diferencian de otros de latitudes varias, son abonados a la fiesta. En febrero, la Policía local desalojó de madrugada una parranda en un piso de la calle San Francisco, donde había una treintena de personas en un apartamento de una sola habitación, alquilado a través de Airbnb. «No me preguntes por qué, pero salen los martes, jueves y viernes. Algunos se van los fines de semana a Madrid y alquilan un taxi o un Uber. Les cobran entre 120 y 140 euros y regresan», apunta Alejandro Llorente, segoviano y estudiante de Arquitectura en el IE.

En lo que incumbe a la jarana, los matriculados en la universidad de marras, que proceden de unos 130 países, tienen su cuartel general en el bar Jeyma y en la fonda Juan Bravo, así como en las discotecas, Drilo's, Casanova, Theatre y La Mentira, entre otros establecimientos. «Son muy majos y educados. Vienen, consumen y se van. Son jóvenes, merecen divertirse», asegura Aslhy, camarera del Jeyma, un bar con terraza y vistas privilegiadas a la catedral. En el Jeyma se les quiere mucho y se les echa de menos, ahora que ha acabado el curso y han puesto rumbo a sus respectivos países.. «Dejan muy buenas propinas, les encanta el carajillo con Licor 43 y el vermú Petroni. Solo ellos suponen el 70% de la caja», anota Aslhy. Una compañera de Aslhy despliega un rollo de papel de estraza con firmas de los asiduos al bar. El rollo parece no acabar nunca.

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«Salen de fiesta los martes y jueves. Los fines de semana algunos alquilan un taxi y se van a Madrid»

Alejandro Llorente

Estudiante del IE University

Segovia experimenta un resurgir. Tanto es así que ha registrado un leve incremento de la población residente, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que cifra en 52.122 el número de habitantes, lo que significa un leve crecimiento del 1,25%. Los vecinos están divididos sobre los beneficios y desventajas que supone que un alud de 360.000 personas visiten cada año la ciudad.

Detrás de este modelo anidan tensiones. Las licencias para construir obra nueva sufren un retraso medio de un año, un indicador que ha ido empeorando progresivamente y que en nada se ha visto mejorado por el relevo en la gestión municipal, que ha pasado del PSOE al PP. «El urbanismo y el modelo de licencias del ayuntamiento ha sido nefasto», sentencia el presidente del Colegio de Arquitectos de Segovia, Alberto López, quien destaca que la proliferación del teletrabajo y el aumento de las pernoctaciones turísticas son otros factores que se han conjurado para cambiar la cara de Segovia. «Algunos locales comerciales y viviendas vacías se han reconvertido en apartamentos turísticos», lo que ha agudizado el colapso de la oferta del alquiler. «La estancia en Segovia antaño consistía en venir, comer, visitar algún monumento e irse. Ahora, en cambio, se pernocta. Y es que Segovia tiene una oferta cultural muy atractiva», argumenta López.

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Abusos

Pese a que los estudiantes del IE aparecen como los villanos de la película, también ellos son víctimas de abusos. La colombiana Mariana García y la portuguesa Marta Rodrigues dan fe de ello. Cada una paga 550 euros por habitación en un piso compartido cerca del acueducto, al que llegaron después de alojarse en la Plaza Mayor. «Nada más decir que estudias en el IE te suben el precio. A mis amigas en la peluquería les llegaron a cobrar el doble en cuanto se dieron cuenta de que eran extranjeras», afirma Rodrigues.

Todos quieren sacar tajada del boom inmobiliario de los alquileres: propietarios, agencias inmobiliarias, residencias de estudiantes, bares y restaurantes y un sinfín de negocios han encontrado en el alumnado de la IE un jugoso negocio. El IE no desaprovecha la oportunidad y tiene una plataforma de residencias universitaria, entre ellas una que está dentro del campus, la de los Reyes Católicos, que ocupa un edificio histórico-artístico rehabilitado y que ofrece 43 habitaciones. Para el Instituto de Empresa trabaja además Beyond Campus, una agencia inmobiliaria que facilita alojamiento a los alumnos de la universidad privada.

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El desequilibrio entre la oferta y la demanda es tal que en cuanto sale un anuncio sugerente se entabla una disputa a cara de perro. «Prácticamente te lo quitan de las manos. En el momento en que se pone un piso en alquiler, recibes cuarenta llamadas. Hay un factor importante, y es que en los últimos 20 años prácticamente no se han construido viviendas céntricas en Segovia porque estamos en un entorno histórico», alega Gonzalo Marina, presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias (Aseinmo).

«Aquí ha venido gente muy importante que llega con su séquito. Los hijos del presidente del Oporto han venido aquí a estudiar. Quieren lo mejor, no miran el precio y rompen el mercado», sostiene Marina, quien aduce que estos multimillonarios se plantan en la ciudad, aparcan su aeronave en el helipuerto y miman a sus retoños. Como cualquiera se imagina, en su vocabulario no está la palabra «escatimar». En Segovia se habla de una importante personaje árabe –unos dicen que era un jeque, otros un ex altísimo jerarca del Gobierno sirio– que alquiló varias plantas del hotel más caro de Segovia para uso y disfrute de su comitiva y personal de seguridad. «He visto con mis propios ojos cómo un chico de 21 o 22 años iba acompañado de cuatro guardaespaldas. Iba escoltado por un coche delante y otro detrás», asevera el presidente de los constructores segovianos, Javier Carretero.

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«Los hijos del presidente del Oporto han estudiado aquí. No miran el precio y rompen el mercado»

Gonzalo Marina

Presidente de Aseinmo

Alejandro González-Salamanca, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Segovia, arguye que la demanda estudiantil es atractiva para los arrendadores, que encuentran una seguridad jurídica que no les da la legislación estatal. Atribuye la escasez de pisos a la falta de suelo y a la parálisis del desarrollo urbanístico, culpa, dice, del anterior equipo de gobierno de signo socialista. «Desde que estamos nosotros se han dado licencias para más de 200 viviendas. En todo caso, en el plazo de dos o tres meses vamos a duplicar la plantilla del personal de arquitectura del área de urbanismo y poco a poco se irán notando las diferencias», dice González Salamanca.

Mientras esto sucede, el casco histórico va mudando de faz. La céntrica calle Juan Bravo está siendo tomada por franquicias, tiendas de regalos para solaz del turista y establecimientos desangelados que usurpan lentamente el espacio dejado por los comercios tradicionales. A veces los edificios históricos son un potente reclamo para inversores. La Casa del Siglo XV, que antes albergaba una galería de arte, será reconvertida en los próximos meses en apartamentos turísticos.

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Para colmo de males, la dependencia de Segovia de la capital de España se está acentuando. «El crecimiento de Madrid ha sido tan grande que a Segovia la consideramos ya un área metropolitana de la ciudad, gracias en parte a la facilidad de transporte que procura el Ave. No pocos segovianos que trabajan en Madrid prefieren seguir viviendo en Segovia», afirma Alberto López.

Lo paradójico del asunto es que, al lado de la omnipresencia de los estudiantes del IE por las calles más añejas de Segovia, se está produciendo un lento vaciamiento del casco histórico y el abandono de importantes edificios públicos y servicios dentro del recinto amurallado. Entre esos inmuebles que se han desmantelado, la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce cita el viejo hospital policlínico, el colegio de las Jesuitinas, el Universitario, el edificio del INSS o los juzgados. Guillermo Herrero, dueño de la librería Cervantes, con más de 120 años de historia, denuncia que la imparable turistificación está haciendo que la población joven deserte del casco histórico y se traslade a pueblos del entorno, como Trescasas, Palazuelos o San Cristóbal, a causa de la carestía de la vivienda en el centro. «En el último año han desaparecido tres papelerías. Los comercios tradicionales somos dinosaurios en vía de extinción y acabaremos también desapareciendo», lamenta.

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