Euskadi reduce sus gases de efecto invernadero y el depósito en vertederos

Euskadi está mejorando, pero queda mucho por hacer para lograr los avances previstos en la propia normativa medioambiental autonómica, estatal y europea. El viceconsejero de Medio Ambiente, Josu Bilbao, presentó ayer el informe 'Coyuntura Ambiental Euskadi 2024', elaborado por la sociedad pública Ihobe, una especie de diagnóstico del estado del medio ambiente con los últimos balances disponibles sobre emisiones o la calidad del agua, aunque sin ofrecer datos pormenorizados acerca de ciertos contaminantes atmosféricos o los niveles de ruido ambiental.

Lo que sí recoge el informe son los gases de efecto invernadero lanzados a la atmósfera en 2023. Entonces, Euskadi emitió 17 millones de toneladas de CO2, lo que representa una disminución del 8,4% respecto al año 2022, –cuando se lanzaron 18,5 millones de toneladas–, del 33% respecto a 2005, cuando se superaron las 25,4, y de un 18% respecto a 1990, cuando se emitieron 20,7.

El Gobierno Vasco las calculó empleando datos de coyuntura energética y de emisiones de empresas muy contaminantes, entre otros. Así, los expertos concluyeron que el descenso global del impacto de la actividad humana en Euskadi se debió, principalmente, a la reducción de emisiones de las industrias más contaminantes, de la producción de electricidad mediante ciclo combinado del sector energético y del menor consumo de gas natural por parte de la industria, el sector residencial y de servicios.

El sector del transporte y el de residuos disminuyeron un 1% su impacto, mientras que el de la agricultura creció un 4%. Hay que recordar que el objetivo dentro de 25 años es llegar a las cero emisiones netas. Es decir, emitir como máximo las toneladas que la propia naturaleza sea capaz de eliminar. Para conseguirlo, se deberá implantar una política en la que la reducción de emisiones y la descongestión urbana se afronten con la electrificación de vehículos, el fomento del transporte público y compartido y la restricción de los coches de combustión, según reconoce el Gobierno Vasco en informes previos. Además, deberemos surtirnos, principalmente, de energías limpias. Junto a ello, habrá que aumentar los elementos eliminadores de contaminación, como árboles o mejorar el estado del medio acuático.

La gestión de los residuos también ha mejorado. Euskadi produce unos cinco millones de toneladas de desechos al año, la mayoría industriales. Los de los ámbitos doméstico y comercial han bajado en un 4% en una década. En 2023 se generaron 45.000 toneladas menos de residuos que diez años antes (1.106.000). La basura tanto industrial como urbana depositada en vertederos también ha disminuido un 54% en cinco años, hasta las 1.186.000 toneladas en 2023. Aunque en cinco años habrá que revalorizar otro millón de toneladas anuales para cumplir con los objetivos legales.

Según el Gobierno Vasco, se han destinado 31,2 millones en los últimos cuatro años «para minimizar el vertido y fomentar la reutilización de materiales secundarios, apoyando proyectos de economía circular y de prevención y gestión en empresas y administraciones públicas». Además, y según los redactores del informe, en 2005 solo había una buena calidad del aire la mitad de los días del año, algo que se calcula teniendo en cuenta la concentración de diversas partículas. En 2023, los días de calidad buena o muy buena eran el 91%.