La octava edición de la medición del uso de las lenguas en la calle que ha presentado esta semana Soziolinguistika Klusterra confirma la tendencia a la estabilidad en el uso del euskera en los últimos años. El 12,6% de las conversaciones que se observaron ... se desarrollaron en euskera, misma cifra que en 2006. El director del Clúster, Imanol Larrea, lo tiene claro: «No podemos esperar que los niños hablen euskera solo por haberlo aprendido en la escuela». Para lograr revitalizar la lengua, hay que dar un paso más y extenderlo al resto de la sociedad, como el ámbito laboral o el ocio, defiende.
– Solo una de cada ocho conversaciones que se escuchan en la calle son en euskera. ¿Le preocupa este dato?
– Es un dato objetivo. Nosotros nos fijamos sobre todo en la tendencia, más que en un dato puntual. Lo positivo es que el uso se mantiene. Los cambios sociolingüísticos no suelen ser bruscos. Lo positivo es que el retroceso se ha parado. Siempre tenemos que tener en cuenta que las sociedades son dinámicas y cualquier fenómeno social también es cambiante en el tiempo. De momento podemos decir eso, que estamos en una situación estabilizada.
– ¿Se corre el riesgo de que este estancamiento se mantenga en el tiempo y no se aprecie ninguna mejora en los próximos años?
– Claro. Nuestro deseo sería que se dieran mejoras. De todas maneras, somos muy conscientes de que la situación de una lengua depende de muchísimos factores. Las inercias ahora mismo, desde un punto de vista global, son contrarias a la supervivencia de las lenguas. Hay miles de lenguas en el mundo que están perdiendo hablantes y las lenguas hegemónicas ganan poder. Pero incluso aquí gana terreno el inglés, con respecto a otras lenguas, con todo el fenómeno digital.
– ¿Cómo afectan internet y las nuevas tecnologías al euskera?
– El euskera, para el tamaño que tiene, está bastante bien posicionado, comparándolo con otras lenguas de la misma categoría. Lo que pasa es que en los últimos años ha crecido mucho la utilización de las redes sociales, con interacciones personales y muy diversas. Aquí estamos débiles. Hay una clara necesidad de trabajar en el ámbito digital.
Arnasguneak
«En las zonas más euskaldunes, cualquier movimiento demográfico va a afectar negativamente a la presencia de la lengua»
Nuevas tecnologías
«El euskera, para el tamaño que tiene, está bastante bien posicionado en internet, pero en las redes sociales está débil»
– El último estudio del Clúster recoge que Gipuzkoa es el territorio que impulsa el uso del euskera en Euskadi. ¿Una bajada brusca de hablantes guipuzcoanos pondría en riesgo la utilización del idioma?
– Una caída de hablantes en Gipuzkoa no es previsible. Lo que sí es muy importante para el euskera son las zonas de más densidad de hablantes. Ahí se puede vivir con más naturalidad el euskera. Es importante que haya un territorio con una concentración mayor de hablantes porque sirve de referente. Conocer territorios donde la vida social se puede desarrollar con total normalidad en euskera es muy importante, al igual que es necesario mantener estos lugares. De momento, Gipuzkoa sí mantiene esa función.
– En los últimos años se ha registrado una pérdida de presencia del euskera en las zonas más vascófonas, conocidas como 'arnasguneak', donde más del 75% de la población es euskaldun. ¿A qué asocian esta bajada?
– Son, otra vez, fenómenos multifactoriales. Teniendo en cuenta que estas son las zonas más euskaldunes, cualquier movimiento demográfico va a afectar negativamente a la presencia del euskera. La gente que llegue a esos entornos va a proceder de otros entornos menos euskaldunes. Eso afecta al número de vascoparlantes. Se están dando estos movimientos demográficos por nuevas construcciones, faltas de puestos de trabajo... Y todo esto hace que en zonas más euskaldunes baje el uso del euskera.
– ¿Qué medidas hay que tomar para evitar que el descenso continúe?
– No existen las recetas en los fenómenos sociales y tampoco tenemos puntos de referencia claros. No tenemos dónde reflejarnos en el mundo ni en Europa. Eso quiere decir que nos lo tenemos que inventar. Y para eso es necesario investigación, para saber cuál es la situación y para investigar sobre nuevas formas de impedir que el uso descienda o incluso de promocionar el uso.
– Los niños son quienes potencian la presencia del euskera en las calles de Gipuzkoa. ¿La esperanza para reavivar esta lengua está puesta en los más jóvenes?
– Claro. Y eso es una buena noticia para nosotros. Si miramos a otras lenguas minoritarias, siempre se ve que los hablantes se concentran en las generaciones mayores y en los jóvenes va desapareciendo. Nosotros estamos en el caso contrario, y esto nos da muchas esperanzas porque no es el caso típico de desaparición de una lengua. Es justo lo contrario, el caso de revitalización del idioma. Dicho esto, tenemos que tener en cuenta que solo los jóvenes o los niños no van a conseguir cambiar una sociedad o los hábitos lingüísticos de una sociedad. Solo la escuela no puede, necesita ayuda de todos los ámbitos la sociedad.
– La mitad de los menores utiliza el euskera en la calle, pero eso no ha contribuido a aumentar su presencia en los últimos años. ¿Por qué?
– Los jóvenes, por una parte, tienen la escuela, pero también otra parte de su vida fuera de ella. La mayoría de actividades extraescolares, por ejemplo, suelen ser en castellano. También están las redes sociales. La presencia del euskera en TikTok o Instagram es muy baja, prioriza el castellano e incluso el inglés. Todo eso afecta. No podemos esperar que solo aprendiendo el euskera en la escuela los niños, automáticamente, sigan hablándolo.
– ¿Cómo afecta a los adultos que los niños hablen euskera?
– La presencia de niños en conversaciones hace que el uso del euskera entre los mayores también aumente. De hecho, al mezclar grupos de edad también crece su utilización, y baja un poco cuando solo hay menores. Eso tiene que ver con una norma social, que es que a los niños se les habla en euskera. Es deseable hablar en euskera a los niños.
– ¿Los niños asocian el castellano a la edad adulta?
– Sí. Los niños son los que mayor uso hacen del euskera, que baja entre los jóvenes. Por eso el papel de los adultos aquí es muy importante. Aunque hayas estudiado en la escuela en euskera toda tu vida, si luego te acercas al mundo laboral y este funciona en castellano... Esto marca muchísimo.
– ¿El euskera se ha quedado en un segundo plano en el mundo laboral?
– Igual que para los niños el ámbito de referencia es la escuela, para la edad adulta es el ámbito laboral. Es ahí donde pasamos gran parte de nuestra vida y eso influye en el prestigio de la lengua. Una lengua que no es utilizada en el ámbito laboral no tiene el prestigio de otra que sí se usa con normalidad. El euskera sí se utiliza en algunos trabajos, pero creemos que está bastante lejos de la normalidad.
– Ha pasado de ser un idioma de personas mayores a ser una lengua de niños, pero también de ser hablado mayoritariamente por hombres a que quienes más lo usen sean las mujeres. ¿A qué se deben estos cambios?
– Esta cuestión del género en el uso de la lengua es un dato que veníamos percibiendo y que ahora se confirma. Merece un estudio aparte. Los roles de género en la sociedad están cambiando.
«Iniciativas como Euskaraldia son necesarias, pero no suficientes»
En un momento en el que Euskadi recupera el turismo e idiomas ajenos al euskera reclaman su presencia en la calle, Larrea defiende la importancia de iniciativas como Euskaraldia, aunque «a la vista de los datos podríamos decir que no son suficientes para provocar un salto cualitativo en el uso del euskera».
- Idiomas como el inglés o el francés reclaman su presencia en las calles y ya se escuchan más que el euskera en algunas capitales vascas.
- Así es. Hay que trabajar sobre ello. Hay que seguir estudiando estas situaciones. La turistificación de nuestras ciudades, sobre todo Donostia y Bilbao, es un fenómeno muy dinámico que se ha intensificado en los últimos años. Además, contamos con el paréntesis de la pandemia, aunque sospecho que ahora seguiremos con la tendencia anterior a la pandemia, con una mayor presencia de turistas, y eso afecta a las lenguas, claro.
- ¿Hasta qué punto, iniciativas como Euskaraldia, en la práctica, sirven para reforzar o incluso ampliar el uso del euskera?
- Nosotros mismos, en la primera edición de Euskaraldia, hicimos un estudio. Entre los participantes, durante el Euskaraldia, sí que subía el uso. Tres meses más tarde, aunque volvía a descender parcialmente, todavía el balance era positivo. Euskaraldia tiene un efecto positivo sobre el uso del euskera de los participantes durante el ejercicio. Pero de ahí a que se refleje en los usos de la calle hay un buen trecho. No podemos medir la eficacia de Euskaraldia por el uso del euskera en la calle. Todas estas iniciativas son positivas, diría que son imprescindibles, pero a la vista de los datos podríamos decir que no son suficientes para provocar un salto cualitativo en el uso del euskera.
- ¿La arquitectura o el urbanismo de las ciudades, tienen algún tipo de relación con el uso de las lenguas?
- Sospechamos que sí. Tanto es así que estamos trabajando con un equipo de arquitectos de la Universidad del País Vasco para conocer estos efectos que podría tener el urbanismo y en general la vida en la calle.