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Lunes, 21 de marzo 2022, 12:50
La Denominación de Origen Cereza del Jerte ha dado por comenzada su campaña. El Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, es famoso por la floración de los cerezos en primavera. «Un increíble espectáculo de más de un millón de árboles tiñendo de blanco las laderas del valle que dura entre 12 y 14 días», indican desde la DOP. Así, estas flores anuncian que dentro de pocas semanas llegarán las cerezas y picotas.
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La floración va avanzando pero todavía no está en su plenitud, debido a la inestabilidad del tiempo. Este fin de semana parece que puede llegar la explosión de flores en los cerezos del Valle del Jerte. De hecho, la presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, Clara Prieto, recalca que «no es posible dar una fecha exacta de floración ya que depende de las condiciones meteorológicas, siendo el frío y la lluvia los principales agentes que atrasan el inicio de la campaña».
Siguiendo una tradición familiar de siglos, los cerezos se cultivan artesanalmente en bancales labrados en las altas montañas del Valle del Jerte, entre manantiales y aire puro. «Solo en un entorno único, con un microclima privilegiado, pueden cultivarse las mejores cerezas de España y la Picota del Jerte, que es una variedad originaria del Valle», señalan.
Cabe destacar que solo hay cinco variedades certificadas con la Denominación de Origen Protegida. Cuatro de ellas pertenecientes al grupo de las Picotas del Jerte de características similares: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés y la única variedad con pedúnculo llamada Navalinda.
Por otro lado, destacan que este tipo de cultivo abancalado, que se transmite de generación en generación, también repercute significativamente en la calidad y propiedades saludables de las cerezas y Picotas. «Estos frutos son una fuente de salud puesto que contienen 8 vitaminas, hierro, magnesio y calcio, gran cantidad de antioxidantes y fibra, además de pocas calorías».
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Las Picotas del Jerte son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más características que las diferencian del resto: su textura «más carnosa y más crujiente», su tamaño de un calibre de menor tamaño -comprende desde los 22 a los 26 milímetros-, su sabor «más dulce» y su color. Su cultivo natural y su recogida y tratamiento tradicionales multiplican sus propiedades y permiten que lleguen a los mercados, aseguran, en el momento óptimo para el consumo.
Por último, desde la DOP subrayan que este producto cada vez está más demandado tanto en el mercado nacional como internacional, sobre todo en Alemania y en Reino Unido. «El 60% de la producción de Picotas del Jerte se exporta».
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