Francia pone coto al tabaco en la frontera

«Estamos todos un poco preocupados», admiten desde el estanco Tellechea. Después de tres meses cerrados por la crisis del coronavirus y sin los clientes franceses, la apertura de la frontera supuso un respiro para los estanqueros de la zona, pero también para el resto de establecimientos y comercios. En general los comercios valoran la vuelta a la nueva normalidad de forma positiva, aunque los meses de cierre obligatorio no se van a recuperar. Esta limitación en la cantidad de tabaco que se puede llevar a Francia complica ligeramente una situación ya de por sí difícil.

La diferencia de precio que los compradores galos buscan ronda el 50%. «Entre 40 y 50 euros por cartón», aclaran en uno de los estancos de la zona. «Por un cartón de tabaco no te vas a poner a hacer 100 kilómetros. No merece la pena el viaje. No será lo mismo», aseguran. «Siempre habrá gente, aunque con esta nueva limitación el volumen será menor. Los clientes que veranean cerca seguirán comprando cigarrillos igual», aventuran. «El resto, a saber».

Además de la incertidumbre sobre cuándo entrará en vigor la nueva enmienda que se votó el miércoles, algunos de los estanqueros dudan de su legalidad. «Esperamos que finalmente no se aplique, va absolutamente en contra de la normas de libre circulación de personas y capitales que rigen en la comunidad europea», dicen desde el estanco Tellechea. Si al final se pone en marcha, «tendrán que poner controles y aduanas». «Ya veremos», dicen mostrándose preocupados, «de momento sigue todo igual». «Nosotros no tenemos la solución, ni está en nuestras manos que los franceses se puedan llevar más o menos tabaco, por lo que mucho no podemos hacer», se resignan en el establecimiento.

De momento la afluencia de clientes está siendo la habitual y continúan llevándose la misma cantidad de paquetes de tabaco ajenos a la norma que se hizo publica hace unos días. «No nos queda más remedio que aceptar lo que haga Francia».