Grifos y otros objetos insólitos que se roban cada día en bares y restaurantes

Los pequeños robos están al orden del día, especialmente en bares y restaurantes. Según un estudio de 2022 realizado por Securitas Direct, son precisamente estos establecimientos los que más sustracciones sufren, un 24% más que otros negocios abiertos al público como tiendas. El gran altavoz del sector en las redes sociales es Jesús Soriano, conocido por su perfil @soycamarero, quien está visibilizando en los últimos años los problemas y soluciones a los que se enfrentan sus compañeros pero que también deja espacio para que den a conocer detalles del día a día de su trabajo tan curiosos como la frase que no quieren volver a escuchar cuando pides una cerveza o sobre la empatía de los clientes con su labor.

Esta vez Soriano ha pedido a sus compañeros que hablen de cuáles son los objetos que más desaparecen de sus establecimientos, los que más se roban en bares y restaurantes. Para empezar pone el ejemplo que él ha vivido mientras trabajaba como camarero: el grifo del lavabo. En las respuestas en Instagram y Twitter se constata que en efecto es un objeto muy apreciado por los cacos. «El grifo del lavabo, ¿qué es como el albornoz de los hoteles?», se pregunta uno de los seguidores de la publicación para corroborar que en efecto es de lo más sustraído.

A juzgar por lo que comentan las decenas de camareros que intervienen a raíz de esta publicación de @soycamarero, el baño es el principal foco de estos robos en la hostelería: jabón, papel higiénico, ambientadores,.. pero también interruptores, enchufes, la tapa del WC, las escobillas... «Y una vez tres azulejos de la pared», recuerda el usuario Daniel Cydo. «Igual confundieron ese baño con el Leroy Merlin», responde otro con humor. Curiosamente uno de los artículos que más se menciona es el pulsador para tirar el agua del WC, ante la sorpresa de quienes han vivido en primera persona cómo han desaparecido.

Precisamente la ironía y el humor están muy presentes en las respuestas sobre qué es lo más robado: «las ganas de vivir», responden varios. «Mi paz y mis ganas de trabajar todos los días», añade otro. Tampoco faltan las referencias a las propinas, precisamente uno de los temas que trata con frecuencia Jesús Soriano en sus publicaciones, con ejemplos de empresarios que no las ceden a sus empleados.

Entre los objetos robados por clientes, o no, de estos lugares se citan «un florero de 1,5 de alto con flores incluidas», «un cambiador para bebés» o «las piedras de cemento que sujetan las sombrillas de la terraza». También se citan otros artículos más cotidianos y fáciles de esconder como las cucharas del café, saleros, ceniceros, cojines o botellas de agua de cristal.

«A mí me han llegado a robar el móvil, que lo tenía dentro de la cocina», revela otro camarero. «A mí me desaparecieron los carteles de 'reservado', ¿serían compis de otro restaurante?». En este listado construido entre multitud de trabajadores aparecen también sillas, mesas, papeleras, bombillas, estufas,.. así como elementos decorativos de todo tipo. «Un gallo decorativo de metal unos 50 cm de alto, se lo llevó entre la falda una chica y se le cayó según estaba saliendo a fumar», cuenta la usuaria Rafarola.

Noticia relacionada

La invitación de un restaurante a los niños que no estén vigilados por sus padres

Xabier Garate

Otra curiosidad que ponen de manifiesto los participantes en esta en cuesta informal es el de los lugares de los bares y restaurantes más robados. «Algunos preguntan que dónde está ubicado y se sorprenden que puede ser en el mismo centro de ciudades como Barcelona», aclara uno de ellos.