Kristina, en los corazones leitzarras

Leitza ha homenajeado este domingo a Kristina Saralegi en la XVII edición del Talo eguna de la localidad. Jose Manuel Huici, su viudo, fue el protagonista de la jornada mientras recibía las muestras de cariño de los leitzarras y muchos visitantes y amigos que se dieron cita en la plaza bajo un intenso sol. Emocionado y contento por el reconocimiento que sus vecinos le brindaban a Kristina, Huici recibió una placa que recogía el mensaje: 'Zure hazia betiko gure bihotzetan' (Tu semilla eternamente en nuestros corazones). Bertsolaris y dantzaris locales quisieron participar en el acto, recordando con cariño el gran trabajo realizado por la leitzarra, mientras los joaldunas de Zubieta hicieron sonar sus joares (cencerros), dejando petrificado a más de uno.

No era el primer homenaje que recordaba la gran labor que realizó Saralegi elaborando sus preciados talos, pero en esta ocasión, cientos de personas quisieron ser testigos del momento que el ayuntamiento leitzarra junto al consorcio turístico del Plazaola brindaron a Kristina Saralegi.

Una enfermedad segó la vida de la baserritarra de Leitza cuando contaba con 48 años de edad. Para muchos demasiado pronto, ya que ella no dejaba de soñar, junto a su marido, en el proyecto que habían creado para comercializar talos envasados al vacío que venden en numerosos puntos de Gipuzkoa y Navarra. Venden, porque aunque Kristina se fue, Jose Manuel continúa con su legado, y aunque reconoce que «no ha sido fácil, pero quería seguir con la elaboración y venta de talos como le hubiera gustado a Kristina, la cosa va poco a poco encauzándose. Estoy contento».

Además, Huici asegura que «seguimos también asistiendo a ferias y mercados donde nuestro producto cuenta con gran aceptación. No nos podemos quejar porque las cosas van saliendo como quería mi mujer». Kristina era una mujer con mucha fuerza y su presencia sigue presente en todo lo relacionado a los talos y también con una de las citas más importantes del año para la baserritarra: la feria de Santo Tomas. Su viudo reconocía que «este año tenemos previsto estar en Donostia vendiendo nuestros talos a todo el que se acerque a nuestro puesto. Kristina fue a la feria de Santo Tomás donostiarra durante 30 años y este año, no podíamos faltar». Aunque «no llevaremos a la cerda, porque los criamos como antes, pero era algo que Kristina ya había decidido».

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