El padre y el hijo de Getxo heridos en el accidente de Tanzania se recuperan en Cruces de sus graves lesiones, pero están «fuera de peligro»

Según han informado fuentes del Departamento vasco de Salud, el pronóstico es «reservado y pendiente de evolución». Ambos recibirán tratamiento clínico en Cruces para recuperarse de sus graves lesiones, pero están «fuera de peligro», tal y como han confirmado este miércoles responsables del equipo de Anestesia y Reanimación. No ha sido necesario someterles a ninguna intervención quirúrgica de urgencia a su llegada al hospital.

Ambos han sido trasladados desde el Hospital de Nairobi. El vuelo, fletado ayer por el seguro de viaje contratado, ha transcurrido sin incidencias clínicas hasta el aeropuerto de Loiu, donde ha aterrizado esta noche. Allí les esperaba una ambulancia, dispuesta también por la propia compañía aseguradora, para trasladarles al que es el centro sanitario más importante de Bizkaia.

En este momento, el padre se encuentra ingresado en el área de Traumatología y el menor ha quedado ingresado a cargo del servicio de Anestesia y Reanimación, donde continuarán con sus tratamientos. Iñigo de Lomas, abogado y director del área de Agua de Acciona, sufre fracturas en piernas y brazos; aunque es el hijo el que sufre lesiones de mayor consideración, con un «politraumatismo facial y otro en el tórax», han señalado los facultativos.

El trágico accidente dejó en shock a la localidad de la Margen Derecha. a familia es muy querida y conocida en Getxo. La madre trabajaba en los juzgados de Bilbao. La chica fallecida, de 17 años que iba a comenzar la universidad, y su hermano menor herido, de 15 años, cursaron estudios en el Colegio Francés. Ella había terminado este año el bachillerato por Ciencias y Matemáticas. Fuentes próximas aseguran que era «muy brillante» y que sus profesores están «muy afectados». También había destacado en el Club de Hockey de Getxo. El padre, abogado y director del área de Agua de Acciona, sufre fracturas en piernas y brazos; el chaval, por su parte, está más grave y tiene varias costillas rotas.

Según las primeras investigaciones, el conductor perdió el control del automóvil tras coger una curva muy pronunciada, volcó y comenzó a rodar cuesta abajo desde una altura considerable hacia el interior del cráter. La empresa con la que viajaron era una agencia de safaris que habitualmente da servicio a clientes de habla hispana. Expertos en la gestión de viajes turísticos en la zona apuntan que en esa carretera, la única asfaltada para subir desde el cráter, entraña cierta dificultad y por eso lo guías han de tener una formación específica para afrontar el recorrido.