
Fernando Rodríguez Bornaetxea: «La meditación es un despertador, no un atontador»
Psicólogo y maestro de meditación ·
Ofrecerá hoy en el Aquarium una charla dentro del Aula DV, con la colaboración de la Obra Social 'La Caixa'Secciones
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Psicólogo y maestro de meditación ·
Ofrecerá hoy en el Aquarium una charla dentro del Aula DV, con la colaboración de la Obra Social 'La Caixa'Es psicólogo, psicoterapeuta y fundador del Instituto Baraka, en San Sebastián, donde da clases de meditación desde hace más de veinte años. Fernando Rodríguez Bornaetxea dará hoy una charla en Donostia dentro del Aula DV. «Solo el hecho de entornar los ojos en un espacio protegido y en silencio es bueno para tranquilizar el sistema nervioso», dice.
- ¿Usted medita?
- Desde hace muchísimos años.
- ¿Cómo lo hace? ¿Se pone cómodo y pone la mente en blanco?
- Eso es un mito que no tiene que ver con la realidad. Hay muchos tipos de meditación y muchos prejuicios en nuestra cultura sobre lo que es meditar, un término que en castellano significa reflexionar sobre las cosas.
- ¿Es más que eso?
- En el tipo de meditación que se hace a la oriental hay dos técnicas fundamentales: la concentrativa y la de apertura, en la que se observan los fenómenos físicos y mentales. En esto último es en lo que consiste el 'mindfulness'.
- Que también se llama atención consciente.
- La atención consciente es una actividad cognitiva que tenemos todos los seres humanos, que es la de estar atentos momento a momento. Normalmente eso solo lo utilizamos cuando estamos aprendiendo un procedimiento. Cuando tenemos que hacer algo por primera vez, nos hallamos atentos al proceso, pero las siguientes veces cada vez se convierte en más rutinario.
-Y eso es malo, supongo.
- Es bueno porque tenemos una serie de repertorios que ponemos en marcha automáticamente y eso deja libre mucha energía para poder dedicarnos a otra cosa, pero en esos aprendizajes también hay mucho de equivocado, de decisiones malas que dependen de la atención que se puso en ese momento. De lo que se trata es de cultivar esa actividad consciente y poder así aprender mejor y plantearnos las cosas de otra manera.
- ¿Se puede estar atento momento a momento sabiendo que después espera un móvil repleto de mensajes?
- A una persona que empieza, al principio le es difícil estar diez o veinte minutos en silencio y en la inmovilidad, pero es algo que se aprende. Los beneficios llegan desde el comienzo porque solo el hecho de entornar los ojos, estar en un espacio protegido y en silencio es muy bueno para tranquilizar el sistema nervioso.
- ¿Es un buen sedante?
- Uno de los muchos equívocos que hay es que se trata de calmar, pero la meditación no debe ser un calma conciencias ni tampoco una ideología moral como otras religiones, que indican lo que está bien o lo que está mal. No debería ser un atontador sino un despertador.
- ¿Meditar significa aislarse de los demás?
- No. Una de las cosas que se ha comprobado es que la meditación hace que luego estemos mucho más abiertos, con más capacidad de aproximación al otro, porque uno tiene que aprender primero consigo mismo.
- ¿Qué aprende?
- Que no se trata bien a sí mismo, que se exige, que se grita. Uno va aprendiendo a sentirse vulnerable y se da cuenta de que los otros también viven en ese mundo de exigencia. Cuando ocurre eso, la persona se ablanda, se hace más acogedora, más benevolente, menos iracunda.
- ¿Se convierte en mejor persona o en alguien diferente?
- Lo de mejor persona y lo de la felicidad forma parte de esa especie de mito actual de que todos tenemos que ser mejores y ser felices. La meditación hay que hacerla sin expectativas, con esa actitud de vamos a ver lo que hay, no de intentar cambiar, sino de estar con lo que hay.
- ¿El 'mindfulness' se ha transformado en un negocio?
- Sí. Como practicante de meditación a mí esto me irritó un poco al principio, pero con el tiempo lo encajas. Te dices, bueno, si hay unos cuantos que sacan de esto provecho personal porque aprenden a meditar y entran en el camino del autodescubrimiento , pues por lo menos habrá servido para algo. Pero sí, claro, esta sociedad se lo come todo, es capaz de sacar provecho de cualquier cosa. Hay mucha gente que está sacando tajada sin tener una práctica consolidada, sin comprender lo que es la compleja psicología humana.
- Se dan cursos por todas partes. ¿Hay mucho gato por liebre?
- Sí que lo hay. Estamos en esa fase en la que mucha gente está impartiendo cursos sin tener la suficiente formación y sacando dinero de esto.
- ¿Cómo sería el Congreso de los Diputados si todos hicieran 'mindfulness'?
- Lo primero es que irían a escuchar y no sabiendo cuántas piedras le van a tirar al de enfrente. Escuchar, pensar en términos abiertos, no en lo que mi partido necesita ahora, sino lo que esta sociedad necesita en este momento y sobre todo pensar a largo plazo. Como decían en India, pensar en las siete generaciones siguientes, por lo menos.
- ¿Cómo sería un mundo que hiciera 'mindfulness'?
- Seguramente habría muchos menos conflictos y también probablemente habría mayor solidaridad, mayor comprensión del sufrimiento del otro. Una práctica de este estilo sería muy transformadora para la sociedad.
- ¿Podría ser un arma de construcción masiva?
- Eso es, buena idea.
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